ITS: ¿son realmente una preocupación?
|
|
Tiempo de lectura 6 min
|
|
Tiempo de lectura 6 min
Según datos aportados por el barómetro de ProyectoScopio y el observatorio de salud femenina Bloom, en España, las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) como la sífilis, gonorrea y clamidia, han experimentado un aumento significativo en los últimos cinco a diez años. Estas enfermedades estuvieron cerca de la extinción en este país hasta el año 2000, pero ahora los casos se han multiplicado por cuatro. Este aumento se ha dado en parte debido a la disminución de la preocupación y la atención prestada a las ITS después de la introducción de antirretrovirales para tratar el VIH/SIDA y medicamentos para su prevención, entre otros muchos factores. Esto ha llevado a un descuido en las prácticas de prevención y una disminución en la conciencia sobre las ITS en general.
Pero antes de seguir abordando el repunte en las ITS, quizá te preguntes: ¿Cuáles son las ITS más comunes y cómo se transmiten? ¿Cuáles son los factores de riesgo? ¿Debería hablar con mi pareja sobre este tipo de infecciones y cómo tratarlas? Todo esto lo resolvemos en nuestro anterior artículo sobre las ITS: desmintiendo mitos y estigmas. Pero si quieres aprender con mayor detalle, te invitamos a que te quedes porque te contamos todo para saber qué es lo mejor que puedes hacer para evitar estas infecciones aún tan desconocidas.
Estas enfermedades estuvieron cerca de la extinción en este país hasta el año 2000, pero ahora los casos se han multiplicado por cuatro.
Si ya has leído el artículo anterior, sabrás que todo tiene solución y, en parte, es cierto. Si no tratas una ITS puede provocar complicaciones graves, como enfermedad inflamatoria pélvica, infertilidad, daño a los órganos reproductivos, mayor riesgo de contraer otras infecciones, aumento del riesgo de transmitir la infección a otras personas y mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer, como el cáncer cervical.
Podrás pensar: “¡Ah! Entonces es tan sencillo como cumplir con el tratamiento”. Pues la realidad es que no, y es aquí donde viene el matiz problemático de la frase “todo tiene solución”: las infecciones ultrarresistentes. Aunque te suene a película postapocalíptica, ya lo estamos padeciendo y es más preocupante de lo que parece. Hay una serie de superbacterias que no responden a los antibióticos que tenemos disponibles y, entre ellas, se encuentran algunas ITS.
Los supermicrobios son variedades de bacterias, virus, parásitos y hongos que han desarrollado resistencia a la mayoría de los antibióticos y otros medicamentos utilizados comúnmente para tratar las infecciones que causan las ITS.
La resistencia a los medicamentos, también conocida como resistencia antimicrobiana, es un fenómeno natural que no puede detenerse, aunque se puede ralentizar. Con el tiempo, los microorganismos se adaptan a los medicamentos diseñados para eliminarlos, cambiando su composición para asegurar su supervivencia. ¿Y cuál es la ITS que forma parte de este supergrupo? La “supergonorrea”.
Entre las razones que han provocado el aumento en la aparición y propagación de esta cepa destacan tomar antibióticos de forma inapropiada o incorrecta y no llevar a cabo prácticas de prevención y control de infecciones adecuadas. Y es justo aquí donde nos vamos a detener.
No tomar antibióticos según lo recomendado por el especialista, puede tener varias consecuencias negativas. En el caso de la gonorrea, de origen bacteriano, antibióticos como la azitromicina o ciprofloxacina suelen ser muy efectivos, pero si no se siguen las indicaciones correctamente, la automedicación puede provocar:
1. Infecciones persistentes o recurrentes: si no se completa el curso completo de antibióticos prescrito, es posible que no se elimine al 100% la bacteria o el microorganismo causante de la infección. Esto puede llevar a una recaída de la infección o a su persistencia en el cuerpo, lo que requiere un tratamiento adicional y prolongado.
2. Resistencia antimicrobiana: la resistencia antimicrobiana es una de las consecuencias más graves de un uso inapropiado de los antibióticos. Cuando los antibióticos no se toman según las indicaciones, las bacterias pueden sobrevivir y volverse resistentes al medicamento. Estas bacterias resistentes pueden multiplicarse y propagarse, lo que dificulta su tratamiento en el futuro. Esto limita las opciones de tratamiento efectivo y puede llevar a infecciones más graves y prolongadas.
3. Aumento de la carga de enfermedades: la resistencia antimicrobiana puede resultar en infecciones más difíciles de tratar, lo que puede prolongar la duración de la enfermedad y aumentar la carga para el paciente. Además, las infecciones resistentes pueden requerir el uso de antibióticos más potentes y costosos, así como de otros tratamientos médicos más intensivos.
4. Mayor riesgo de complicaciones: las infecciones no tratadas o mal tratadas pueden llevar a complicaciones graves. Por ejemplo, una infección no tratada adecuadamente puede propagarse a otras partes del cuerpo, causar daño permanente a los órganos o provocar sepsis (una respuesta inflamatoria sistémica potencialmente mortal).
5. Impacto en la salud: la resistencia antimicrobiana no solo afecta a nivel individual, sino que también tiene un impacto significativo en la salud. La propagación de bacterias resistentes puede ocurrir en comunidades, hospitales y otros entornos de atención médica, lo que dificulta el control de las infecciones y puede poner en riesgo a otras personas vulnerables.
Todo esto ha llevado a una situación en España en la que la mayoría de los jóvenes cree tener suficiente información sobre temas sexuales, pero en realidad, según las estadísticas de Sanidad en España de 2021, el 88,7% desconoce las diferentes ITS y el 17,6% no sabe los métodos de transmisión del VIH. Como consecuencia, las enfermedades de transmisión sexual están en auge y afectan principalmente a gente joven. De hecho, el 75% de los contagios por ETS del año pasado los contrajeron menores de 34 años, siendo esta franja de población la más vulnerable.
En muchos lugares, la educación sexual no aborda de manera completa y adecuada las ITS y su prevención. La falta de información lleva a que los jóvenes no sean conscientes del riesgo y las consecuencias de las ITS. En muchos países de Occidente, casi todas las campañas se han dirigido a los riesgos de los hombres homosexuales, mientras que la población heterosexual se creía inmune.
En este sentido, existen creencias erróneas o mitos sobre las ITS que pueden llevar a los jóvenes a subestimar el riesgo. Algunos pueden pensar que ciertas prácticas sexuales son seguras o que solo ciertos grupos de personas están en riesgo. Ello deriva en que un sector de la población joven base su confianza en la apariencia de sus parejas sexuales o en el hecho de que no aparenten tener una ITS, lo que puede llevar a ignorar la necesidad de protección.
En la misma línea, los jóvenes tienden a construir una falsa ilusión de invulnerabilidad, un sesgo cognitivo que opera distorsionando nuestra percepción de los riesgos y amenazas en nuestras vidas, y se aplica a que creen que el riesgo de contraer una ITS es bajo o que no les sucederá a ellos.
El resurgimiento de estas ITS representa un serio problema de salud, ya que pueden tener consecuencias graves si no se tratan adecuadamente. Es importante que seamos conscientes de la importancia de mantener prácticas sexuales seguras, usar protección adecuada y realizar pruebas de detección regularmente para detectar y tratar las ITS a tiempo.
El aumento en los casos de ITS nos recuerda la importancia de no bajar la guardia en la prevención y el cuidado de nuestra salud sexual, así como de mantenernos informados sobre las ITS y las medidas que podemos tomar para protegernos a nosotros mismos y a nuestros/as parejas sexuales. Para ello, es necesario abordar estos factores mediante una educación sexual integral que incluya información sobre las ITS, sus consecuencias y cómo prevenirlas.