7 Diferencias entre el orgasmo femenino y el masculino
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Aunque a veces parezca que no, los cuerpos masculinos y femeninos son muy similares en la mayoría de los aspectos. Sin embargo, si pensamos en sexo, es inevitable fijarse en las diferencias. Y en este artículo exploraremos una de las más importantes: las diferencias entre el orgasmo femenino y el masculino.
De sobra sabemos que tanto hombres como mujeres tenemos la capacidad de sentir placer, independientemente de nuestros genitales. No obstante, las diferencias físicas en nuestros cuerpos hacen que lo experimentemos de forma diferente, sobre todo en lo referente al orgasmo. Pero antes de ahondar en estas diferencias, hay que ser capaces de separar las biológicas de las sociales.
Por ejemplo, algunos estudios apuntan a que los hombres alcanzan el orgasmo más a menudo durante las relaciones sexuales (95% frente a un 65% de las mujeres). Sin embargo, esto no se debe a las distintas características biológicas entre cuerpos femeninos y masculinos, sino que es algo más bien cultural (inexperiencia, falta de comunicación, rol del coito durante el sexo…etc). En este artículo nos interesa más investigar las diferencias biológicas.
Se ha demostrado que la duración de los orgasmos es diferente entre mujeres y hombres. Los hombres suelen tener orgasmos más cortos, de entre 3 y 10 segundos, mientras que las mujeres pueden llegar hasta los 20 segundos.
Es difícil medir la intensidad de los orgasmos, pero esto se puede hacer cuantificando las contracciones pélvicas que se producen durante el clímax. En este caso, se ha visto que las mujeres también tienen orgasmos más intensos, puesto que experimentan más contracciones y más rápidas que los hombres, de media.
Ya hemos comentado que los hombres suelen tener más orgasmos que las mujeres. Sin embargo, si tenemos en cuenta una sola relación sexual, las mujeres tienen la capacidad de tener más orgasmos en ese lapso de tiempo. Esto se debe al llamado «período refractario», que es el tiempo en el que no se produce excitación tras un clímax.
El período refractario de las mujeres es muy corto o casi nulo, lo que les permite tener diversos orgasmos en poco tiempo, incluso varios seguidos (por ejemplo, las mujeres multiorgásmicas). Sin embargo, el período refractario de los hombres es más largo, necesitan un tiempo para recuperarse y volver a la carga, que normalmente suele ser de unos minutos.
También es algo bien conocido en la cultura popular que las mujeres y los hombres se excitan de formas algo diferentes, por supuesto, siempre hablando en general. Normalmente, los hombres se excitan más rápidamente con la imagen del sexo y estarán preparados para el coito en cuestión de segundos. Sin embargo, a las mujeres les suele costar algo más de tiempo y necesitar también otro tipo de estimulación, como caricias o besos.
Por otro lado, los hombres suelen ser más visuales, es decir, la imagen del sexo como tal les excita más. Sin embargo, las mujeres son más propensas a explorar el placer sexual con otros sentidos, por lo que hay otras formas más eficientes de excitarlas, siendo el roce posiblemente la favorita.
Los hombres y las mujeres pueden experimentar diversos tipos de orgasmo. Para los hombres se conocen principalmente dos, uno estimulando el pene y el otro estimulando el punto G a través del ano.
En el caso de las mujeres, el más conocido es el orgasmo clitoriano, a través de la estimulación de ese botoncito mágico llamado clítoris. Pero muchas mujeres también experimentan orgasmos vaginales a través de la penetración, así como orgasmos estimulando el punto G femenino, dentro de la vagina. Las mujeres también pueden experimentar orgasmos anales, así como mediante la estimulación de los pezones y otras zonas erógenas. Los hombres también pueden experimentar este último tipo, aunque es algo menos común.
Como ya hemos comentado, la mayoría de orgasmos masculinos se acompañan de una eyaculación que contiene semen. En algunas ocasiones, sin embargo, pueden tener lo que se denomina “orgasmos secos» que incluyen el placer, pero no la eyaculación.
En el caso de las mujeres es al contrario: la mayoría de los orgasmos femeninos van acompañados de lubricación vaginal pero no eyaculación. No obstante, la eyaculación femenina no es ningún mito, sino que se puede producir en algunas mujeres con la estimulación adecuada.
Esta es una de las diferencias más llamativas entre el orgasmo femenino y el masculino. Mientras que el orgasmo masculino tiene una clara función reproductiva (puesto que casi siempre conlleva la eyaculación que lleva los espermatozoides), en el caso de la mujer esto no es así, y el orgasmo es meramente placentero. Es decir, para que ocurra un embarazo, un hombre ha tenido que tener un orgasmo en algún momento, pero no una mujer.
En el sentido evolutivo, esto tiene sentido, ya que el macho buscará sentir placer las máximas veces posibles, incrementando así la posibilidad de tener descendencia. Pero ¿cómo se explica esto en el caso de la hembra? No está claro, aunque hay estudios que sugieren que tras un orgasmo, la hembra es más propensa a permanecer tumbada para “recuperarse», lo cual ayudaría a los espermatozoides a llegar al ovario, colaborando así en el embarazo.
Si bien hemos podido ver que los orgasmos de hombres y mujeres son muy diferentes, queda una última cosa de la que hablar: el placer. Y es que cada persona va a experimentar placer de una forma distinta y que no se puede evaluar en estudios científicos.
Así, no es posible comparar los orgasmos femeninos y masculinos, de la misma forma que no se pueden comparar los orgasmos entre dos mujeres o dos hombres. Lo que sí que podemos decir es que ambos sexos tienen una respuesta parecida: se acelera la respiración y el latido del corazón, se dilatan los capilares sanguíneos (nos ruborizamos), y sufrimos espasmos por el cuerpo. Es decir, ambos sexos experimentan un enorme placer durante el clímax, que al final es lo más relevante.
Esperamos que este artículo te haya ayudado a entender las diferencias y similitudes entre hombres y mujeres durante el sexo, y que te sirva para tener relaciones sexuales llenas de entendimiento y, sobre todo, placer.