Parejas estables: ¿Cuál es la clave?

¿No te da la sensación de que las parejas de hoy día ya no duran tanto como las de antes? Seguro que has pensado u oído “en mi época, las parejas eran para toda la vida” de una persona más mayor. Y en parte es cierto, no estaba lejos de la realidad, aunque eso no implica que la pareja haya sido feliz o que haya sido una relación sana. De hecho, la razón por la que los matrimonios antes duraban tanto era “porque es lo que hay”.

Una cosa no quita la otra, y para muchos, las relaciones actuales son muy efímeras y cuesta mucho mantener una pareja. En este sentido, hay varias razones por las cuales puede ser más difícil tener una pareja estable en la actualidad. Empecemos por las más básicas.

Es innegable que, en las últimas décadas, hemos experimentado grandes cambios en la cultura y en las expectativas sobre las relaciones: en la sociedad actual, muchas personas buscan una mayor independencia y libertad en sus relaciones, en lugar de comprometerse a largo plazo con una sola pareja. Por otro lado, se ha ampliado con creces el acceso a múltiples opciones. Con la popularidad de aplicaciones de citas y la facilidad para conectarse con personas en línea, puede ser más difícil elegir a una sola pareja y comprometerse con ella.

Además, tristemente existen nuevas presiones económicas y sociales. En gran parte, la vida moderna puede ser muy estresante, y las presiones financieras y sociales pueden poner una gran cantidad de tensión en las relaciones.

A esto hay que sumarle que cada vez las expectativas son menos realistas: Las películas, la televisión y las redes sociales pueden crear expectativas poco realistas sobre lo que significa tener una relación estable, feliz y saludable. Por último, no podemos dejar atrás la comunicación inadecuada: la falta de habilidades de comunicación efectiva puede ser un factor importante en la dificultad de tener una relación estable.

Como consecuencia, no es fácil encontrarnos con parejas estables hoy en día que sigan manteniendo la llama, las ganas y la motivación para seguir compartiendo su vida juntos. Por eso, en este artículo, vamos a contar con los testimonios de tres parejas que llevan más de quince años compartiendo camino.

Para conocer un poco más sus recorridos, voy a presentarlas brevemente:

1. Bruno y Mónica: ambos españoles, se conocieron en el colegio a los 14 años (hace casi 30 años) después de que Mónica regresara de una estancia en el extranjero. Durante muchos años su relación fue puramente de amistad, pero empezaron a sentir algo diferente cuando se vieron acompañando a un amigo de ambos que estuvo ingresado en el hospital durante un tiempo.

2. Pedro y Marina: Pedro es argentino y Marina española. Se conocieron hace 20 años en una fiesta en un pueblo de los Pirineos, cuando Pedro tan solo llevaba un mes viviendo en España. Marina se acercó a Pedro a pedirle fuego y… saltó la chispa.

3. Ana y Elena: ambas españolas. Elena invitó a su casa a Ana y ahí fue cuando se conocieron. Poco tiempo después, ambas tenían claro que querían estar juntas.

Para poder hacer esta publicación asequible, he reducido a diez las preguntas que conforman la entrevista con la que pretendo conocer a cada pareja. Aun así, no ha sido nada fácil resumir experiencias tan intensas como las que expongo a continuación. Es por eso por lo que prefiero alterar lo mínimo cada relato y darle paso (y voz) a sus respuestas textuales.

Bruno confiesa que valora de Mónica “muchas cosas. En general, su personalidad. Y en particular su frescura inmarchitable, su carácter decidido, su independencia y su dulzura arrebatadora. Y sus ojos.” Además, añade que los años de amistad han constituido un factor clave a la hora de construir la confianza y complicidad que ambos tienen.

Pedro, por otra parte, valora la creatividad, constancia y belleza de Marina, entre otras, mientras que Marina resalta la honestidad y sensibilidad de Pedro.

Por último, Ana destaca la sinceridad, paciencia y comprensión de Elena, y ésta la lealtad y constancia de Ana.

Bruno y Mónica siguen “enamorados y en la lucha, formando un gran equipo”. Pedro y Marina son dos almas libres que se acompañan y se mantienen en trabajo constante, y Ana y Elena definen su relación como “sólida, positiva y feliz”.

Para Bruno y Mónica no haber convivido antes del matrimonio fue un hándicap. La crianza de los hijos y la conciliación laboral y familiar también han sido retos que han enfrentado con seguridad y el amor que les lleva a “quererse y ser generosos”.

Pedro menciona que no estar cerca de su familia y amigos ha sido un desafío especialmente duro. Marina también señala vivir en una ciudad sin su red familiar. Además, ambos destacan la crianza de sus hijos como un reto más.

Ana y Elena reconocen que “al tratarse de una relación homosexual, nuestro mayor desafío ha sido normalizar la relación socialmente que, muchos años atrás, estaba aún mal vista y era todavía un tema muy tabú”.

Para Bruno es evidente, “el nivel de consciencia es fundamental a la hora de entender la evolución de la pasión y la intimidad a lo largo del tiempo”. Después de tener hijos es importante valorar más “las oportunidades que tengas de disfrutar de esos momentos” de intimidad.

Por otra parte, Pedro y Marina afirman seguir sintiendo la misma pasión que en los comienzos. Sin embargo, “es importante trabajar la comunicación en una relación tan larga”.

Por último, Ana confirma tener “la suerte, después de 40 años de relación, de seguir enamorada de mi pareja, y cuando esto ocurre, ni la pasión, ni la intimidad tienen fecha de caducidad. Ahora bien, y seamos realistas, hay que adaptarlas a las distintas etapas de la vida de la pareja”.

En esta respuesta, las tres parejas apuntan a un patrón común. La necesidad de comprenderse mutuamente. Algunas parejas lo consiguen de forma espontánea y otras mediante terapia de pareja, pero en todas hay un esfuerzo por entenderse y comunicarse. Si hay algo claro es que no en todas las discusiones ganan ambas partes, aunque se intente llegar a un consenso. A veces, lo único que se puede hacer es respetar la posición de la otra parte y aceptar las diferencias.

De estas respuestas también puedes sacar bastantes claves comunes: empatía, escucha activa y confianza. Cada persona es un mundo, y cuando dos personas se juntan, aparece toda una nueva galaxia de circunstancias a tener en cuenta. Una comunicación honesta, fluida y asertiva ayuda a que la dinámica de pareja se mantenga saludable.

La situación de Bruno y Mónica con los hijos y el trabajo hace que lo que más valoren sean los espacios compartidos, ya que viven sus espacios personales de “manera involuntaria”. No obstante, cuando necesitan independencia, esta siempre es respetada.

En la misma línea, Ana y Elena admiten tener gustos y aficiones a veces muy dispares, por lo que la confianza y el respeto por esos espacios personales e independientes es lo que les ayuda a comprenderse.

El caso de Pedro y Marina es algo diferente: su trabajo principal consiste en dedicar activamente más tiempo juntos, ya que, de por sí, tienen suficiente independencia y espacio personal.

En el caso de Pedro y Marina, la meta es “envejecer juntos” aunque el hecho de tener hijos en común es algo que los mantiene muy unidos, así como la pasión por viajar y la naturaleza.

Ana y Elena señalan que, cuando se comparte la vida con otra persona, “las metas van surgiendo casi de forma espontánea”. Para conseguir dichos objetivos, son clave el diálogo y el entendimiento.

Con Bruno y Mónica pasa algo similar, ya que para ellos “el bienestar de los hijos, el disfrute del ocio en familia, viajar, adquirir una casa o gestionar la amistad con terceros son cuestiones comunes en este momento… Todo gira en torno a lo mismo, mismas estructuras y un compromiso común.”

Tanto Pedro como Ana mencionan algo de sus relaciones: todo comenzó como una aventura, sin planificación. Pero en el momento que surge el compromiso, surge esa búsqueda por un proyecto común, en el que ambas partes se preocupan por cuidar y mimar la relación, dejando, por supuesto, un espacio a la naturalidad.

Mientras tanto, Bruno confiesa que llegar a un proyecto de futuro conjunto no ha sido fácil, pero “es esencial luchar con uno mismo para evolucionar como persona”. Además, señala que “no se puede dar nada por sentado y cada día debes intentar dar la mejor versión de ti mismo”.

Bruno afirma con rotundidad la importancia de “conocerse a uno mismo y saber qué mínimas cualidades debe tener tu pareja ideal”. También aclara que, para él, las diferencias educacionales, en valores y en forma de estructurar la vida, pueden ser un gran obstáculo. Por último, reconoce que “el sentido del humor y por supuesto una vida íntima activa” son muy positivas para la relación.

Las recomendaciones de Pedro y Marina son el trabajo, la aceptación, el respeto y la comunicación y, por supuesto, “que se aprendan a escuchar, que vivan experiencias juntos y se den la mirada”.

Por último, Ana insiste en la importancia de cuidar y luchar día a día, cuidando los siguientes elementos: amor, humor, romance, comprensión y, por supuesto, compromiso. Además, nos recomienda que “para comprobar el resultado, tomaría el tiempo como medida. Si cuando estás con tu pareja este se acelera y cuando estás separada de ella el tiempo se hace eterno, sabrás que esto funciona”.

¿Te han servido estos consejos? Puede que siga siendo difícil encontrar una pareja estable, pero ahora tienes las herramientas para mantener, cuidar y potenciar tu relación. Sin embargo, a pesar de todo, puede ser que la ruptura sea la única opción que se valore (incluso asistiendo a terapia de pareja).

No olvides que esto es cosa de dos (o más) y, en muchas ocasiones, no se puede construir un proyecto que no es verdaderamente compartido por ambos. ¿Qué puedes hacer entonces para vivir el duelo de la separación de la mejor forma posible? Te lo contamos próximamente.