
Dietas de moda y tu sexualidad: ¿cómo afecta el ayuno intermitente o las dietas Keto a tu rendimiento?
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Tiempo de lectura 5 min
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Cada año, asistimos a nuevas modas. Bien sea moda de vestir, del último género musical o… la última dieta de moda. Y hay algunas que han ganado bastante popularidad en los últimos años, ya que muchas personas se han sumado a estas tendencias: el ayuno intermitente y la dieta cetogénica (keto). Seguro que has oído hablar de que estas dietas están diseñadas para mejorar tu imagen y tu salud física.
Sin embargo, ¿te has preguntado cómo afectan estas estrategias a tu vida sexual y al rendimiento en la cama? Probablemente no. Y en parte, es lógico. ¿Quién va a pensar que la dieta influye en tu satisfacción sexual? Pues en este artículo, analizaremos los efectos del ayuno intermitente y la dieta keto en tu salud sexual desde una perspectiva científica. Así, salimos de dudas acerca de estas dietas tan famosas.
El ayuno intermitente se basa en alternar períodos en los que se permite la alimentación con períodos de ayuno, es decir, restricción absoluta de calorías, lo que supuestamente genera beneficios metabólicos. Pero aquí no estamos para hablar de sus efectos en tu organismo, sino de su impacto en tu sexualidad, y eso depende de múltiples factores.
Si buscamos algo de bibliografía científica, encontraremos estudios que sugieren que el ayuno intermitente puede mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir la inflamación. Para que nos entendamos, esto se traduce en un mejor flujo sanguíneo y una función eréctil más óptima en los hombres (Longo & Mattson, 2014). Vaya, que resulta que pasar hambre en determinados momentos del día influye en que tus erecciones sean más firmes.
Además de esto, el ayuno también ayuda a estimular la producción de la hormona del crecimiento, que es uno de los factores clave en la regeneración celular y en la producción de testosterona. Sí, la hormona fundamental para el deseo sexual y el rendimiento tanto en ellos como en ellas (Vijayakumar, Yakar y Leroith, 2011).
A pesar de sus beneficios, el ayuno intermitente no está exento de unos cuantos riesgos que tienes que contemplar antes de iniciar este tipo de dieta. Y es que el ayuno en exceso tiene el efecto contrario y puede afectar negativamente la libido. La restricción calórica prolongada acaba reduciendo los niveles de leptina y grelina, que son dos hormonas que influyen en la producción de testosterona y estrógenos. Si antes te decíamos que el aumento de testosterona ayudaba a mejorar el deseo, su descenso afecta negativamente a este, provocando fatiga y una disminución del deseo sexual (Liu y Reddy, 2022).
Para colmo, algunas personas manifiestan haber experimentado cambios en el estado de ánimo o niveles de energía que varían mucho a lo largo del día debido a los largos momentos de ayuno, lo que podría afectar psicológicamente al interés que tienen en momentos de intimidad y encuentros sexuales.
La dieta cetogénica se basa en la reducción casi absoluta de carbohidratos y el aumento del consumo de grasas para inducir un estado de cetosis. Es decir, que tu cuerpo empieza a tirar de las grasas que tiene acumuladas y las va quemando porque no hay azúcares con los que producir la energía que necesitas para tu día a día. Aunque se ha probado bastante efectiva para la definición muscular, esta estrategia puede influir de diferentes formas en tu salud sexual.
Uno de los efectos más destacados de la dieta cetogénica es su capacidad para mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir la inflamación sistémica. ¿Te acuerdas de los beneficios que mencionamos del ayuno intermitente? Pues, de una forma similar, esto favorece la circulación sanguínea hacia los órganos sexuales (Paoli et al., 2013). Y ya sabes, cuanto mejor funcione tu sistema circulatorio, mejores erecciones.
En el caso específico de los hombres, la dieta keto también contribuye a estabilizar los niveles de testosterona, por lo que tu deseo sexual no sufrirá cambios tan drásticos. En definitiva, tiene una doble función: mejora la calidad de tus erecciones y te ayuda a conseguir un deseo sexual más estable.
A pesar de sus ventajas, hay que tener mucho cuidado con la transición a la dieta cetogénica, ya que puede provocar efectos secundarios muy comunes como la "gripe keto", que es un estado transitorio que incluye fatiga, irritabilidad y reducción en los niveles de energía. Evidentemente, si tu energía se ve afectada negativamente, es probable que sientas menos ganas y motivación de tener un encuentro íntimo y el deseo sexual puede que desaparezca o se reduzca mucho en las primeras semanas de adaptación.
Además, es relativamente fácil que esta dieta se no se lleve adecuadamente si se realiza sin supervisión, lo que puede dar pie a una ingesta insuficiente de micronutrientes esenciales, como zinc y magnesio, lo que puede afectar la producción hormonal y la función eréctil si no se lleva un control profesional de la alimentación (Volek & Phinney, 2011).
En esta ocasión, no tenemos una respuesta mágica: no existe una dieta perfecta para todos. Y es que, el impacto del ayuno intermitente o la dieta cetogénica en la sexualidad también dependerá de factores individuales como el metabolismo, la actividad física y el estado hormonal previo. Por lo tanto, como no podemos generalizar, es esencial escuchar a tu cuerpo si te da señales confusas y ajustar la alimentación según las necesidades personales.
Si bien ambas estrategias aportan beneficios en términos de energía y salud metabólica, no te dejes llevar por gurús de la nutrición ni guías en internet que te prometen efectos inmediatos sin supervisión profesional. Es fundamental mantener un equilibrio nutricional y asegurarse de cubrir las necesidades de vitaminas y minerales clave para la función sexual.
Ya sabemos que existen dietas de moda, como el ayuno intermitente y la dieta cetogénica. Estas estrategias dietéticas no solo influyen en tu vida sexual para bien, sino que puede tener efectos adversos. Aunque pueden mejorar la circulación sanguínea, la producción hormonal y el metabolismo, también pueden generar resultados indeseados si no se implementan de manera adecuada. Como siempre, la mejor opción para llevar tu bienestar general y tu rendimiento sexual es consultar con un especialista en nutrición y sexualidad para poner tu salud y tu intimidad como tus mayores prioridades.
Liu, P. Y., & Reddy, R. T. (2022). Sleep, testosterone and cortisol balance, and ageing men. Reviews in endocrine & metabolic disorders, 23(6), 1323–1339. https://doi.org/10.1007/s11154-022-09755-4
Longo, V. D., & Mattson, M. P. (2014). Fasting: molecular mechanisms and clinical applications. Cell metabolism, 19(2), 181–192. https://doi.org/10.1016/j.cmet.2013.12.008
Paoli, A., Rubini, A., Volek, J. S., & Grimaldi, K. A. (2013). Beyond weight loss: a review of the therapeutic uses of very-low-carbohydrate (ketogenic) diets. European journal of clinical nutrition, 67(8), 789–796. https://doi.org/10.1038/ejcn.2013.116
Vijayakumar, A., Yakar, S., & Leroith, D. (2011). The intricate role of growth hormone in metabolism. Frontiers in endocrinology, 2, 32. https://doi.org/10.3389/fendo.2011.00032
Volek, J. S., & Phinney, S. D. (2011). The art and science of low carbohydrate living. Beyond Obesity LLC.