
Cuando te obsesionas con hábitos saludables... y deja de ser saludable
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Tiempo de lectura 5 min
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Cuidarse está de moda. Comer bien, hacer ejercicio, dormir las horas necesarias, meditar… Sobre papel, todos estamos de acuerdo que son pilares que nos ayudan a sentirnos mejor física y mentalmente. Pero, ¿qué pasa cuando esa búsqueda de bienestar “utópica” se convierte en una obsesión?
Cada vez se ven más casos en consulta de personas que empiezan con rutinas de autocuidado y terminan atrapadas en un bucle de exigencia extrema. Lo que al principio era una herramienta para potenciar la salud, se acaba convirtiendo en una fuente de ansiedad, culpa y aislamiento social. Este fenómeno tiene nombre: ortorexia.
La ortorexia nerviosa es un trastorno alimentario y de conducta caracterizado por la obsesión patológica por comer de manera saludable. No se trata de un diagnóstico clínico oficial en los manuales (como el DSM-5), pero sí está ampliamente descrito en la literatura científica.
El problema no es querer comer sano, sino la rigidez mental que acompaña a esta obsesión. La persona evita a toda costa los alimentos que considera “no puros” o “imperfectos” y dedica gran parte de su tiempo a planificar, leer etiquetas o preparar comidas.
El resultado: una vida limitada, con alto nivel de ansiedad y consecuencias negativas tanto en la salud física como en la mental (Koven & Abry, 2015).
La obsesión con los hábitos saludables suele derivar en ansiedad. “¿He entrenado lo suficiente hoy?”, “¿He comido demasiados ultraprocesados?”, “¿Me estoy contaminando con este producto?” Estas preguntas se repiten una y otra vez, lo que te roba espacio y energía mental para disfrutar de la vida y el día a día.
Lo que antes eran los planes que más deseabas hacer, como comer fuera con amigos, apuntarte a una cena improvisada o celebrar un cumpleaños, termina convirtiéndose en una auténtica pesadilla. La persona siente que está perdiendo el control y prefiere evitar esos encuentros. Poco a poco, esto puede derivar en aislamiento social, uno de los factores que más afecta al bienestar emocional.
Aunque parezca contradictorio, obsesionarse con lo saludable puede llevar a déficits nutricionales. Al eliminar grupos completos de alimentos, se pone en riesgo la energía, el equilibrio hormonal y hasta la salud del sistema inmune. Esta situación se agrava porque muchos usuarios deciden formar sus propios planes dietéticos, sin contar con la ayuda de un profesional.
Existen varios elementos que contribuyen al auge de la ortorexia y de la obsesión por el autocuidado:
Redes sociales: plataformas como Instagram o TikTok están llenas de influencers que promueven estilos de vida extremadamente estrictos. El bombardeo constante de “vidas perfectas” genera una constante comparación y presión que te persigue hasta dentro de la cama.
Cultura de la productividad: vivimos en un mundo donde parece que todo debe optimizarse, incluso el descanso o el ocio.
Miedo a la enfermedad: la preocupación excesiva por la salud puede empujar a buscar un control absoluto sobre la alimentación y el cuerpo.
No siempre es fácil detectar cuándo un hábito saludable empieza a ser dañino. Pero algunas señales que en consulta utilizo como referencia son:
Pasas más de 3 horas al día pensando en tu alimentación o rutina.
Sientes culpa o ansiedad si no cumples tu plan.
Evitas situaciones sociales por miedo a no poder controlar lo que comes.
Tu lista de alimentos “prohibidos” crece cada vez más.
Te defines a ti mismo en función de lo estricto que eres con tu estilo de vida.
Si te reconoces en varios de estos puntos, quizá sea momento de replantear la relación que tienes con tus hábitos.
La clave está en aprender a ser flexible. Comer una hamburguesa con amigos o saltarse un día de entrenamiento no arruina tu progreso, pero sí puede ayudarte a mantener una relación sana con la vida social y contigo mismo.
No todo se reduce a dieta y ejercicio. Dormir bien, tener vínculos de calidad, disfrutar del ocio y manejar el estrés también forman parte de la salud. De hecho, la OMS (2020) define la salud como un estado de completo bienestar físico, mental y social, no solo la ausencia de enfermedad.
El exceso de control te desconecta de las señales naturales del organismo: hambre, saciedad, cansancio o necesidad de descanso. Por eso es necesario reaprender a escucharlas para no caer en la rigidez y exigencia extrema.
Cuando la obsesión se convierte en sufrimiento, la mejor opción es acudir a un especialista en nutrición y a un psicólogo. En muchos casos, el trabajo multidisciplinar es lo que permite recuperar el equilibrio. No juegues con tu salud.
Permítete la imperfección: incluir alimentos que simplemente disfrutas, aunque no sean “saludables”, ayuda a romper el ciclo de rigidez.
Pon límites al consumo digital: filtra el contenido que ves en redes y sigue cuentas que promuevan una visión realista del bienestar.
Integra actividades de disfrute: la salud también pasa por reír, descansar y compartir tiempo de calidad.
Revisa tus motivaciones: pregúntate si lo que haces lo haces para cuidarte… o para no sentir culpa.
En mi experiencia como psicólogo y sexólogo, la autocompasión es una de las herramientas más potentes para evitar la trampa del perfeccionismo en los hábitos de vida. Aprender a tratarte con la misma amabilidad con la que tratarías a un amigo en tu situación es una técnica muy buena para combatir contra la rigidez y la autoexigencia.
Estudios recientes demuestran que la autocompasión no solo reduce la ansiedad, sino que también mejora la motivación a largo plazo y la adherencia a conductas saludables (Neff & Germer, 2018).
Cuidarse es importante, pero cuando la búsqueda de salud se convierte en obsesión, se pierde el objetivo inicial: vivir mejor. No se trata de renunciar a los buenos hábitos, sino de incorporarlos de una forma sostenible, equilibrada y que te haga feliz. Porque lo saludable no es lo perfecto: es lo que te ayuda a sentirte bien en cuerpo, mente y relaciones.
Koven, N. S., & Abry, A. W. (2015). The clinical basis of orthorexia nervosa: emerging perspectives. Neuropsychiatric disease and treatment, 11, 385–394. https://doi.org/10.2147/NDT.S61665
Organización Mundial de la Salud. (2020). Constitución de la Organización Mundial de la Salud. Recuperado de https://www.who.int
Neff, K. D., & Germer, C. K. (2018). The Mindful Self-Compassion Workbook. New York: Guilford Press.