La conexión entre tu salud sexual y el bienestar masculino

Comunícate con tu pareja sobre lo “malo” y lo “bueno”. Desde los deseos, y las necesidades, a las preocupaciones para aumentar la confianza y la conexión emocional.

¿Sabías que lo que pasa en la cama es parte de tu salud sexual? Hoy vamos a hablar de algo que nos gusta a muchos pero que muy pocos hombres conocen: todos los beneficios para tu salud que trae consigo las relaciones sexuales. Aunque ya te adelanto que esto es algo que puedes celebrar todos los días del año porque te van a cambiar la vida (a mejor).

Sí. Las cosas que pasan en la cama (o fuera de ella) son salud sexual y es un tema fundamental que, aunque muchas veces se aborda de forma superficial o desde un ángulo exclusivamente físico, afecta cada aspecto de la vida y bienestar de los hombres. Es por eso que tener una vida sexual sana no solo consiste en evitar enfermedades, sino de alcanzar un equilibrio entre el bienestar íntimo y el general. ¿El resultado? Mejor calidad de vida y mayor felicidad personal.

Vale, a lo mejor te has perdido un poco con lo anterior. Pero no te preocupes porque en este artículo profundizaremos en cómo cuidar la salud íntima y su importancia en el bienestar global del hombre. Porque la relación entre salud sexual y bienestar está ganando cada vez más atención.

Volviendo al lío, la salud sexual masculina no solo es básica para mantener una vida íntima satisfactoria, sino que también influye en la autoestima, en nuestra felicidad y, por supuesto, en el bienestar general. Un hombre que se siente pleno en este aspecto no solo tiene más seguridad en sí mismo, sino que además tiene un estado de ánimo mucho más alto. Y es que te adelantamos que ignorar el cuidado de tu salud sexual suele llevar a problemas de ansiedad, estrés y hasta depresión.

Pero no solo queda en la mente, ya que la salud íntima también está ligada a la salud física. Aspectos como la presión arterial, la salud cardiovascular e incluso el sistema inmunológico mejoran notablemente si tienes una vida sexual activa y saludable. Por lo tanto, que le dediques atención a tu salud íntima va más allá del placer, ya que se convierte en un pilar fundamental para tu vida en general.

Ya hemos hablado de lo físico y lo mental, pero resulta que si eres feliz en la cama, tienes menos probabilidad de sufrir de estrés, tener problemas de sueño o padecer ciertas enfermedades, y la ciencia lo confirma¹. Y te preguntarás “¿qué tiene que ver esto con mi rutina?” Pues es que todos estos aspectos te ayudan a enfrentarte mejor a los desafíos del día a día, ya que te hace más resiliente² ante situaciones difíciles. El bienestar íntimo, por tanto, no solo mejora la calidad de vida, sino que también te da más energía y ganas de vivir cada día al máximo.

La satisfacción en la intimidad fortalece los lazos emocionales, lo que puede traducirse en una comunicación más abierta, una mayor confianza y un mayor nivel de felicidad compartida. La salud sexual y el bienestar emocional están estrechamente relacionados, ya que sentirse valorado y pleno en la intimidad impacta directamente en la conexión emocional y en el disfrute de la vida en pareja.

La salud sexual masculina está influenciada por múltiples factores y como comentábamos anteriormente, va desde lo físico a lo emocional. Así que, de la misma forma que una vida sexual plena mejora tu vida en general, tener buenos hábitos también influye positivamente en tu vida sexual. Es decir, es un camino de doble sentido.

Por lo que tienes que valorar algunas condiciones como la hipertensión, la diabetes o el sobrepeso, que afectan al rendimiento y al deseo sexual, al igual que el consumo de tabaco, alcohol y ciertas sustancias. A nivel psicológico, el estrés y la falta de comunicación en las relaciones pueden disminuir el bienestar íntimo y la calidad de la vida sexual.

Además de los factores físicos y emocionales, el entorno también juega un papel importante. La educación que hemos recibido o las experiencias que llevamos encima sobre la sexualidad influyen en la percepción de nuestra intimidad y cómo nos cuidemos y dediquemos.

Desde MYHIXEL, siempre hacemos un gran hincapié en que adoptes hábitos de vida que te lleven al siguiente nivel en cuanto a salud se refiere. Y es que dormir bien, alimentarse de forma adecuada y hacer ejercicio regularmente son básicos para una vida sexual activa y saludable.

Otra estrategia clave es priorizar la comunicación con la pareja. Hay parejas que no tienen una confianza plena para tener comunicación sexual, pero hablar abiertamente sobre tus deseos, tus preocupaciones en la cama y sobre las expectativas en la relación ayudan mucho más de lo que crees a fortalecer el vínculo, lo cual tiene un impacto positivo en la calidad de la vida sexual y en el bienestar integral.

La relación entre sexualidad y salud es mucho más profunda y compleja de lo que parece a simple vista. Una vida sexual saludable no solo aporta placer, sino que (como indicamos al principio) es clave para reducir niveles de estrés, mejorar el estado de ánimo y contribuir a un sistema inmune más robusto. De hecho, estudios³ han demostrado que el bienestar íntimo está asociado con una mayor expectativa de vida y una mejor calidad de vida en general. Así que, si quieres vivir más años (y en mejores condiciones), ¡a disfrutar!

Durante el acto sexual se liberan endorfinas y otras hormonas de la felicidad que ayudan a aliviar el estrés y fomentan un estado de bienestar general. Este tipo de beneficios físicos contribuyen a una mayor resistencia física y a un mejor estado de salud mental.

Además, la liberación de hormonas como la oxitocina y la dopamina refuerzan los lazos afectivos, fortaleciendo la conexión emocional con tu pareja y dando pie a sentimientos de apego y confianza. Y es que la oxitocina, conocida como la "hormona del amor", contribuye a reducir la ansiedad, mientras que la dopamina activa los centros de recompensa en el cerebro, generando placer y satisfacción.

Reconozcámoslo, muchos de nosotros hemos ignorado alguna que otra dolencia en algún momento de nuestra vida. Pero, ¿qué pasa cuando lo que no estamos escuchando tiene que ver con nuestra salud sexual? Pues las consecuencias son importantes. Los problemas de rendimiento sexual suelen generar frustración, vergüenza y afectar la relación de pareja. Además, no tener vida íntima (o tener muchas carencias) se relaciona con problemas de salud como la hipertensión, la obesidad y la depresión.

Luego está la parte contraria, es decir, aquellos que tienen vida sexual pero no la cuidan debidamente. Bien sea con métodos de barrera o con revisiones y pautas médicas adecuadas. Y es que esto aumenta el riesgo de infecciones de transmisión sexual y problemas crónicos que pueden afectar a tu calidad de vida a largo plazo.

Ya habrás llegado a la conclusión de que la salud sexual requiere de un compromiso con el bienestar físico, mental y emocional. Pero como queremos que termines este artículo aprendiendo consejos prácticos que puedas aplicar, te dejamos los tres puntos clave para que puedas conseguir la vida sexual que te mereces.

1. Mantén el cuerpo en forma y presta atención a las señales de salud en general.

2. Reconoce los puntos positivos y negativos de tu vida sexual para conocerte mejor y saber en qué puedes mejorar o a qué le tienes que prestar atención.

3. Comunícate con tu pareja sobre lo “malo” y lo “bueno”. Desde los deseos, y las necesidades, a las preocupaciones para aumentar la confianza y la conexión emocional.

Y recuerda que este proceso no tienes porqué hacerlo solo. ¡Siempre puedes contar con la ayuda de un experto que te asesore y te despeje todas tus dudas!

La salud sexual es un pilar fundamental del bienestar integral, y su impacto va más allá de la vida íntima. Si cuidas de este aspecto, estás favoreciendo una vida más plena, con mayor energía, autoestima y bienestar en general. Vivir una sexualidad sana y satisfactoria es, sin duda, uno de los caminos hacia una vida llena de felicidad y plenitud.

1. Brody S. (2010). The relative health benefits of different sexual activities. The journal of sexual medicine, 7(4 Pt 1), 1336–1361.  https://doi.org/10.1111/j.1743-6109.2009.01677.x

2. Delgado, P. L., & Moreno, F. A. (2000). Role of norepinephrine in depression. The Journal of clinical psychiatry, 61 Suppl 1, 5–12. 

Lindau, S. T., Schumm, L. P., Laumann, E. O., Levinson, W., O'Muircheartaigh, C. A., & Waite, L. J. (2007). A study of sexuality and health among older adults in the United States. The New England journal of medicine, 357(8), 762–774. https://doi.org/10.1056/NEJMoa067423