El sexo a medida que envejecemos
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La sexualidad desempeña un papel esencial en nuestra vida, ya que somos seres sexuales. Desde el día en que nacemos, hasta el día en que morimos, la sexualidad nos acompaña. Esto significa que el sexo no se desvanece una vez que llegamos a la vejez y ese es un gran mito que debemos abordar. Sin embargo, es cierto que el deseo, el nivel hormonal y la vida cambian con la edad, y hay ciertos factores que sí afectan a la forma en que experimentamos el sexo y la sexualidad en general.
A diferencia de las mujeres, los hombres no experimentan un cambio importante y rápido (durante varios meses) en la fertilidad a medida que envejecen. Por el contrario, los cambios se producen gradualmente durante un proceso que algunas personas denominan andropausia. Cambios de envejecimiento en el sistema reproductor masculino. Todos sabemos que, a medida que envejecemos, somos susceptibles de padecer ciertas afecciones médicas y que nuestro cuerpo no podrá hacer las cosas que podíamos hacer de jóvenes tan fácilmente. Estas preocupaciones se vuelven más y más pertinentes a medida que envejecemos y nuestros cuerpos no actúan de la misma manera. Con el paso del tiempo, es probable que empieces a experimentar cambios en las siguientes áreas:
A medida que envejecemos, el deseo sexual, también conocido como libido, tiende a disminuir. Parte de esto se debe a los cambios naturales en nuestra producción de testosterona que disminuyen a medida que envejecemos. La testosterona es la principal hormona sexual en los hombres y es responsable de muchas de las características sexuales secundarias masculinas, como la voz y la cantidad de masa muscular en el cuerpo. También es la responsable directa de regular el impulso sexual.
Las erecciones serán menos firmes y puede que te cueste tenerlas. Pero, no te preocupes, es perfectamente normal que la excitación llegue un poco más tarde que en tus años de juventud. Esto puede deberse a una disfunción sexual como la disfunción eréctil. Además, con la edad puede haber una disminución de la sensibilidad del pene a las vibraciones y al tacto ligero, esto es, simplemente, la biología en acción.
La disfunción eréctil es la incapacidad para lograr o mantener una erección de forma persistente, lo que provoca una escasa satisfacción sexual. Esta condición sexual afecta física y psicosocialmente, dificultando la respuesta sexual y afectando también a la relación de pareja. Estudios epidemiológicos recientes sobre la disfunción eréctil han revelado que entre el 5% y el 20% de los hombres padecen esta afección.
La eyaculación precoz es la pérdida de control al llegar al clímax. Es decir, cuando una persona eyacula antes de lo deseado o dura menos de 3 minutos para alcanzar la eyaculación en promedio. Puedes aprender más sobre la eyaculación precoz aquí.
La eyaculación retardada es una condición sexual en la que se necesita una estimulación prolongada antes de que el hombre pueda alcanzar el clímax. En otras palabras, tarda mucho tiempo en eyacular.
La aneyaculación, por su parte, consiste en no alcanzar la eyaculación en absoluto.
Los cambios del envejecimiento del sistema reproductor masculino se producen principalmente en los testículos, ya que la masa de tejido testicular disminuye. Además, hay algunos cambios urinarios y la ingesta de medicamentos afecta a nuestra salud sexual en general. Se trata de una ralentización general, más que una completa falta de función sexual.
La glándula prostática se agranda con la edad, ya que parte del tejido de la próstata se sustituye por un tejido similar a una cicatriz. Esta afección, denominada hiperplasia prostática benigna (HPB), afecta a cerca del 50% de los hombres. La HBP puede causar problemas de lentitud en la micción y la eyaculación.
Algunos medicamentos utilizados para tratar problemas relacionados con la edad, como los fármacos para la presión arterial o los antidepresivos, pueden impedir que un hombre mantenga la erección o incluso experimente un bajo deseo sexual. Además, algunos trastornos, como la diabetes, también pueden afectar al rendimiento sexual. Por último, problemas como la depresión, la ansiedad y el estrés -que suelen desarrollarse en la mediana edad o en etapas posteriores de la vida- también pueden tener un efecto negativo en el deseo sexual.
Muchas de estas condiciones pueden tener un efecto negativo en el rendimiento sexual y la libido. Además, se producen varias alteraciones en la respuesta sexual, como la disminución de orgasmos o la pérdida de erecciones vigorosas.
Hay muchas formas de disfrutar del sexo a medida que se envejece. Sabemos que esto puede sonar a disco rayado, pero es muy importante mantener una dieta saludable y hacer ejercicio. Además, intenta evitar el exceso de alcohol, tabaco, marihuana y otros tipos de drogas. Tener un cuerpo sano también te ayudará
Cuida tu autoestima: reconoce que eres mucho más que un pene, una erección o un cuerpo. Tener esto en mente te recordará que eres digno de amor, placer y compañía. Intenta disfrutar de cada encuentro sexual.
Céntrate en el placer: es el momento de descubrir cosas nuevas. Vuelve a explorar tu cuerpo y acepta todos los cambios que surjan. Intenta no pensar en las cosas que ya no puedes hacer con la misma resistencia y céntrate más en el placer.
Innova: a medida que vayas descubriendo más de ti, lo más importante es que abras tu mente y te tomes tiempo para replantearte nuevas posiciones sexuales, nuevas formas de sentir y disfrutar en la cama y con tu cuerpo.
La sexualidad sigue siendo un tema importante en la población de mayor edad. A pesar de la disminución de la capacidad de lograr una erección, es evidente que el deseo sexual continúa. Muchos estudios sugieren que la disfunción eréctil en las personas mayores está causada principalmente por enfermedades crónicas asociadas a la edad y no por un envejecimiento normal y saludable. Por lo tanto, se recomienda buscar medidas preventivas dirigidas a las enfermedades subyacentes. No obstante, en la actualidad se dispone de opciones de tratamiento eficaces para recuperar con éxito la función sexual y, por tanto, mejorar la calidad de vida. El envejecimiento por sí mismo no impide que un hombre pueda disfrutar de sus relaciones sexuales.
No pienses que estás solo. Hay muchos métodos que se pueden practicar para evitar las disfunciones sexuales, siempre que se acompañe de la terapia especializada proporcionada por un equipo multidisciplinar.