
Los sueños eróticos ¿Qué significan?
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Tiempo de lectura 4 min
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Te has pasado todo el día de un lado a otro: trabajando, haciendo tareas de casa, gestiones que tenías pendiente y por fin llega el momento de acostarte. Caes rendido repasando todo lo que tienes que hacer al día siguiente y… De repente estás en mitad de una película para adultos en la que eres el protagonista. Pero, ¿cómo es posible?, ¿qué significado tiene? Pues de eso vamos a hablar hoy.
Bien sea porque los disfrutas, bien sea porque te preocupan, los sueños eróticos son una experiencia mucho más común de lo que creemos. Sin embargo, para muchos sigue siendo un terreno desconocido, aunque si te podemos adelantar algo es que su significado varía mucho dependiendo de factores psicológicos, emocionales y fisiológicos. Y aunque no se trate de la ciencia más exacta del mundo, podemos analizar por qué pasan y qué pueden revelar sobre nuestra mente.
Todas las personas, en algún momento de su vida, van a tener sueños eróticos (con más o menos frecuencia). Pero, ¿a qué se deben? Pues pueden estar relacionados con distintos factores. Y es que la actividad cerebral durante el sueño REM está muy vinculada con la regulación emocional y el procesamiento de experiencias recientes (Revonsuo, 2000). ¿Qué quiere decir esto? Pues que, en este contexto, los sueños eróticos suelen ser sencillamente una manifestación del deseo, el estrés o incluso los recuerdos inconscientes que hayamos tenido durante el día o recientemente.
A esto súmale la activación fisiológica nocturna, que también juega un papel fundamental. Esta activación es común tanto en hombres como en mujeres y provoca que, durante la fase REM, se experimenten respuestas sexuales involuntarias. Así que, los sueños eróticos pueden ser un resultado de esta activación o pueden ser algo que aparezca de forma complementaria a ellos. ¿Qué va antes: la gallina o el huevo? Puede que los sueños sean un producto de nuestra mente sin un significado simbólico profundo. Pero también puede que nos estén dando información privilegiada sobre nuestros verdaderos deseos. Vamos a descifrarlo.
Seguro que has oído hablar de que el psicoanálisis se dedica a interpretar los sueños. En parte esto se debe a que desde la teoría psicoanalítica, Freud (1900) sugirió que los sueños reflejan deseos reprimidos. Por lo tanto, un sueño erótico podría ser una expresión simbólica de fantasías inconscientes que no tienen porqué ser necesariamente sexuales, sino también emocionales o psicológicos. Es decir, nuestros sueños eróticos van más allá de lo que queremos o no queremos en la cama.
Por otro lado, las corrientes más modernas de la psicología cognitiva interpretan los sueños eróticos como una forma de procesamiento de emociones y vivencias diarias. Según Domhoff (2003), los sueños reflejan patrones de pensamiento y experiencias recientes, lo que podría explicar por qué soñamos con encuentros íntimos con personas conocidas o incluso desconocidas. ¿Has tenido un sueño con un compañero de trabajo? ¡Es más normal de lo que parece!
¿Te ha pasado? Pues tranqui, porque es uno de los sueños eróticos más comunes y no siempre implica que quieras volver con él/ella. En muchos casos, lo que refleja es una necesidad de cerrar un ciclo o la presencia de recuerdos aún activos en nuestro subconsciente, ya sabes, la inercia. Así que, pregúntate: ¿echo de menos a mi expareja o es que nos faltó cerrar el último capítulo?
Para muchos, este tipo de sueños no es tan preocupante como el anterior, pero a otros les desconcierta el hecho de que aparezca una persona completamente anónima en sus fantasías mientras duerme. Y es que soñar con alguien que no conocemos en realidad puede hacer referencia a nuestros deseos de vivir una aventura, explorar o incluso de buscar nuevas experiencias en nuestra vida de pareja.
Al igual que el primero, soñar que engañas a tu pareja suele ir acompañado de un montón de preguntas y del sentimiento de culpa por creer que tenemos un deseo reprimido de ponerle los cuernos a nuestra pareja. Vale, puede que un pequeño porcentaje de los casos sea así, pero la mayoría de veces están relacionados con inseguridades, miedo a la traición o la necesidad de más pasión en la relación actual. Es como un aviso de que la cosa podría ir mejor.
A pesar de lo que podría pensarse en un primer lugar, los sueños eróticos no siempre son un síntoma de insatisfacción sexual. Hay estudios, como el de Schredl y Hofmann (2003), que han demostrado que tanto personas con una vida sexual activa como aquellas sin actividad sexual experimentan sueños eróticos con una frecuencia parecida.
Como ya hemos visto, estos sueños pueden reflejar deseos inconscientes, pero, aunque sea más místico e interesante creer lo contrario, muchos de estos sueños simplemente forman parte del proceso natural del sueño y la memoria. Sin más.
No. Los sueños eróticos son normales y un indicador de que tu mente funciona correctamente. Sin embargo, si las cosas que estás soñando se convierten en una fuente de angustia o malestar o interfieren en tu felicidad o el de tu pareja, se puede recomendar explorar su significado con un profesional. No te confundas, la terapia no consiste en entender el significado del sueño, sino analizar y abordar el impacto de estos sueños sobre tu vida para comprenderlos mejor y saber si hay algo que puedas hacer al respecto.
Queremos que te quedes con la siguiente frase y te la repitas cuando vuelvas a tener un sueño que te inquieta: los sueños eróticos son un fenómeno natural y, en la mayoría de los casos, reflejan procesos normales del subconsciente. Así que, lejos de ser motivo de preocupación, te están ofreciendo la posibilidad de conocer y entender mejor tus emociones, deseos y preocupaciones. La clave definitiva está en entenderlos y poder disfrutar de ellos en la medida de lo posible. Al fin y al cabo, los sueños, sueños son.
Domhoff, G. W. (2003). The scientific study of dreams: Neural networks, cognitive development, and content analysis.American Psychological Association. https://doi.org/10.1037/10463-000
Freud, S. (1900). The Interpretation of Dreams. Macmillan.
Revonsuo, A. (2000). The reinterpretation of dreams: An evolutionary hypothesis of the function of dreaming. Behavioral and Brain Sciences, 23(6), 877–901; 904–1018; 1083–1121. https://doi.org/10.1017/S0140525X00004015
Schredl, M., & Hofmann, F. (2003). Dreaming and sexual activity: A gender difference. Journal of Sex Research, 40 (1), 61-68. https://doi.org/10.4324/9781003300373