Man holding an energy drink can with a blurred couple in the background, illustrating energy drinks’ potential effects on sex drive.

¿Pueden las bebidas energéticas afectar a tu deseo sexual?

Escrito por: Andrés Suro

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Tiempo de lectura 5 min

Hay algo que tenemos que tener claro: vivimos en un mundo que prioriza la productividad. Cada vez tenemos más herramientas y recursos para optimizar nuestro tiempo con la finalidad de producir más rápido y de una forma más eficiente. Es por eso que surgen las bebidas energéticas, que se han convertido en aliadas cotidianas para millones de personas. Ricas en cafeína, taurina y otros estimulantes, prometen aumentar la energía, la concentración y el rendimiento físico.


Pero, ¿qué ocurre cuando llevamos esta estimulación al terreno de la sexualidad? ¿Podrían afectar al deseo sexual o incluso al rendimiento erótico? En este artículo vamos a abordar esta cuestión y dedicarle un espacio desde la ciencia y la sexología. Así que, si eres consumidor de estas bebidas tan populares, atento.


Estimulantes en las bebidas energéticas: ¿qué contienen realmente?


Las bebidas energéticas contienen una combinación de ingredientes que están considerados como estimulantes, siendo los más comunes la cafeína, la taurina, el guaraná, el ginseng y altos niveles de azúcar. La cafeína es el ingrediente estrella, y puede encontrarse en cantidades que superan los 80 mg por lata, equivalente o superior a una taza de café fuerte. Sí, una taza de café y una lata de cola están a la misma altura.


La taurina, por su parte, es un aminoácido que participa en diversas funciones neurológicas y cardiovasculares. Aunque está presente de forma natural en el cuerpo humano, su efecto en combinación con otros estimulantes aún no ha llegado a comprenderse del todo. Por otro lado, el guaraná y el ginseng también se utilizan por su efecto vigorizante y como supuestos afrodisíacos naturales, es por eso que muchas infusiones que aseguran mejores erecciones, contienen ginseng.

El efecto de la cafeína sobre el deseo sexual


Ahora es momento de hablar sobre cómo afectan estos compuestos a nuestra vida íntima: la cafeína actúa como un estimulante del sistema nervioso central, lo que suele generar un aumento transitorio del estado de alerta, energía y excitación. Algunos estudios han explorado su impacto en la función sexual, especialmente en hombres. Por ejemplo, un estudio publicado en PLoS One (Lopez et al., 2015) encontró que un consumo moderado de cafeína (aproximadamente 170-375 mg al día) se asoció con una menor prevalencia de disfunción eréctil en hombres adultos, en comparación con quienes no consumían cafeína. Parece un resultado positivo, ¿no?


Sin embargo, este efecto parece depender de factores como la dosis, el estado de salud y la tolerancia individual. Un consumo excesivo puede tener el efecto contrario, aumentando la ansiedad, dificultando la concentración y afectando negativamente la respuesta sexual. En mujeres, el impacto de la cafeína sobre el deseo sexual no está tan bien documentado, aunque se han reportado efectos mixtos en la excitación y el estado de ánimo.


Taurina y sexualidad: ¿una aliada o un misterio?


La taurina se ha asociado tradicionalmente con mejoras en la función cardiovascular y muscular. Algunos estudios en animales sugieren que la taurina podría tener un efecto positivo sobre la libido y la erección, al mejorar el flujo sanguíneo y la salud del sistema nervioso central (El Idrissi & Trenkner, 2004). Sin embargo, las evidencias en humanos son todavía escasas y no concluyentes.


A nivel práctico, la combinación de taurina con cafeína y otros estimulantes podría generar un pico de energía temporal, pero no está claro si esto se traduce en un aumento real y sostenido del deseo o del rendimiento sexual. En algunos casos, la sobreestimulación puede derivar en insomnio, irritabilidad o taquicardia, efectos que afectan negativamente al bienestar sexual. De nuevo, otro ingrediente cuyo efecto depende de muchos factores.

Revisión científica: ¿qué sabemos hasta ahora?


Una revisión sistemática publicada en Frontiers in Psychology (Hoffman et al., 2013) sobre los efectos de la cafeína y otros estimulantes presentes en bebidas energéticas, concluye que existe una mejora significativa en el rendimiento físico y mental tras su consumo. No obstante, advierte sobre los riesgos del abuso, como el aumento de la presión arterial, los trastornos del sueño y la ansiedad —factores todos ellos que pueden afectar negativamente a la función sexual.


Otro estudio relevante, llevado a cabo por Owen et al. (2008), encontró que la combinación de cafeína y taurina podría potenciar el estado de alerta y reducir la fatiga, pero no mostró un impacto significativo sobre parámetros relacionados directamente con el deseo sexual.


En resumen, la ciencia sugiere que puede haber un efecto leve y pasajero en el deseo sexual tras el consumo de estas sustancias, pero no existen evidencias contundentes que respalden su uso como potenciadores sexuales. Y, en exceso, podrían incluso actuar como inhibidores del rendimiento íntimo.


Riesgos potenciales del abuso de bebidas energéticas


Más allá de su relación con la sexualidad, el consumo excesivo de bebidas energéticas puede tener consecuencias que merecen una mención para la salud general. Entre los efectos adversos más comunes encontramos:


  • Palpitaciones y arritmias.

  • Aumento de la presión arterial.

  • Trastornos del sueño.

  • Ansiedad y cambios de humor.

  • Dependencia psicológica o tolerancia.
    

Estos síntomas no solo afectan al bienestar diario, sino que también pueden influir de forma directa en la salud sexual, reduciendo el deseo, interfiriendo con la erección o dificultando la conexión emocional con la pareja. Por lo tanto, y como con muchas de las cosas que consumimos en la vida: en exceso, deja de ser beneficioso para la salud general (y sexual).

Conclusión: ¿mejoran o perjudican tu deseo sexual?


El impacto de las bebidas energéticas en el deseo sexual es, en el mejor de los casos, ambiguo. Si bien algunos ingredientes como la cafeína o la taurina pueden tener un efecto transitorio de estimulación, no existe evidencia suficiente para considerarlas herramientas eficaces para mejorar la función sexual.


Los expertos en la materia recomiendan apostar por un estilo de vida saludable, con buena alimentación, ejercicio frecuente, buenos hábitos de descanso y una relación sana con la sexualidad. Lo que sí te puede quedar claro es que las bebidas energéticas pueden formar parte de tu rutina con moderación, pero no deben utilizarse como potenciadores sexuales. El deseo es un fenómeno complejo, multifactorial, y su abordaje debe ir más allá de una lata de refresco.


Referencias


  • Lopez, D. S., et al. (2015). Caffeine intake and erectile dysfunction in US men: Results from NHANES 2001-2004. PLoS One, 10(4), e0123547.



  • Higgins, J. P., Babu, K., Deuster, P. A., & Shearer, J. (2018). Energy Drinks: A Contemporary Issues Paper. Current sports medicine reports17(2), 65–72.  https://doi.org/10.1249/JSR.0000000000000454  

  • Owen, G. N., Parnell, H., De Bruin, E. A., & Rycroft, J. A. (2008). The combined effects of L-theanine and caffeine on cognitive performance and mood. Nutritional neuroscience11(4), 193–198. https://doi.org/10.1179/147683008X301513 

Andrés Suro

Autor: Andrés Suro  (Sexual Coach en MYHIXEL)


Psicólogo especializado en el área social y experto en sexología aplicada a la educación.

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