El impacto de la cultura "fitness" en la sexualidad masculina
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En los últimos años, la cultura "fitness" ha tomado un papel protagónico en la vida de muchos hombres. Gimnasios llenos, redes sociales inundadas de cuerpos esculpidos y una obsesión cada vez mayor por cumplir con un estándar físico específico. ¿Te suena? Pues solo son algunos de los elementos que definen este fenómeno. Pero, ¿qué tiene que ver esto con la sexualidad del hombre?
La relación entre cuerpo, autoestima y sexualidad es intrínseca (y podríamos decir que indivisible), pero cuando el foco se centra exclusivamente en alcanzar un ideal físico, los efectos, pueden ser negativos. Quédate hasta el final si te preocupa tu bienestar físico (y sexual).
En la nueva cultura del fitness, el cuerpo perfecto se ha convertido en un sinónimo de éxito, disciplina y atractivo sexual. Tanto es así que hay fenómenos ,como los de crossfit y otras variantes de entrenamiento funcional, que cuentan con fieles seguidores. Sin embargo, esta presión tiene un efecto directo en la autoestima sexual de los hombres.
Cuando un hombre se siente satisfecho con su cuerpo, es más probable que experimente mayor confianza en sus interacciones sexuales. Según un estudio publicado por Langelier et al. en (2018), los hombres con una percepción positiva de su físico tienden a disfrutar más de su sexualidad y reportan una mayor satisfacción en sus relaciones íntimas. Pero, ¿qué sucede cuando este estándar es inalcanzable?.
La realidad es que no todos los cuerpos pueden adaptarse a estos ideales. La frustración por no cumplir con estas expectativas lleva a muchas personas a experimentar una disminución de la autoestima sexual, dificultando la conexión emocional y física con sus parejas.
De hecho, en psicoterapia, muchos profesionales de la salud mental comparten casos donde la obsesión por el físico perfecto genera inseguridades que terminan afectando la calidad de la vida sexual de sus pacientes. Pero no son estos los únicos efectos adversos de la excesiva fijación por el deporte.
Uno de los aspectos más controvertidos de la cultura fitness es el uso de esteroides y suplementos. Muchos hombres recurren a estas sustancias para acelerar su progreso en el gimnasio, sin considerar las posibles consecuencias en su salud sexual.
La forma en que un hombre percibe su cuerpo también influye en cómo se siente deseado por los demás. Y es que la cultura fitness fomenta la idea de que el atractivo físico es el principal factor de deseo, relegando otros aspectos importantes como la conexión o la complicidad en la cama.
Esta idea le genera ansiedad a muchos hombres, especialmente en contextos íntimos.
“¿Estoy lo suficientemente musculado? ¿Qué pensará mi pareja de mis imperfecciones?”
Estas preguntas, que muchas veces surgen en la mente de los hombres, son un reflejo de cómo los estándares de la cultura fitness condicionan la forma en que viven su sexualidad.
Además, este fenómeno perpetúa dinámicas poco saludables en las relaciones. Por ejemplo, algunos hombres se sienten presionados a mantener una apariencia física determinada para evitar el rechazo, lo que puede llevar a una sexualidad menos espontánea y más performativa.
Otro efecto de la cultura fitness en la sexualidad masculina es la tendencia a priorizar el rendimiento sobre el placer. En un mundo donde se valora el esfuerzo y la perfección, muchos hombres trasladan esa mentalidad a la cama, enfocándose más en "hacerlo bien" que en disfrutar del momento.
Este enfoque tan competitivo es contraproducente, ya que la sexualidad no debería ser una tarea a cumplir, sino una experiencia placentera para ambos. Sin embargo, los hombres que internalizan estas expectativas suelen experimentar ansiedad por el rendimiento, lo que deriva en problemas como eyaculación precoz o disfunción eréctil.
Por eso, es fundamental recordar que el placer no tiene estándares ni medidas.
No todo en la cultura fitness es negativo. De hecho, un estilo de vida saludable puede tener beneficios significativos para la sexualidad masculina.
El desafío, como siempre, está en encontrar un equilibrio. Disfrutar del ejercicio y cuidar el cuerpo sin caer en obsesiones es clave. Pero se trata de una delgada línea que divide la obsesión de todos los beneficios que trae consigo el deporte sin sacrificar el bienestar sexual.
La cultura fitness tiene un impacto indiscutible en la sexualidad masculina, tanto en sus aspectos positivos como negativos. Pero precisamente por tratarse de un arma que puede ser de doble filo, es importante que reflexionemos sobre cómo estos estándares influyen en la relación con nuestro cuerpo, nuestro deseo y nuestro placer.
Nuestra recomendación es siempre
Y tú, ¿estás preparado para cuidarte sin sacrificios contraproducentes?