Masturbación consciente: cómo usarla para mejorar tu rendimiento y bienestar íntimo
|
|
Tiempo de lectura 3 min
|
|
Tiempo de lectura 3 min
Desde que empecé a trabajar como terapeuta, he visto cómo cada vez más hombres llegan a consulta preguntando cómo volver a conectar con su cuerpo, mejorar su sensación de control o reducir la ansiedad durante los momentos íntimos, y uno de los recursos que más utilizo en terapia, por sorprendente que parezca, es la masturbación consciente.
Puede que el término te haya dejado un tanto sorprendido, pero tranquilo: se trata de una forma de autoestimulación basada en el mindfulness y la neurociencia. No solo ayuda a reducir el estrés, sino que también mejora el rendimiento físico, mental y emocional.
Así que no: la masturbación consciente no es un “truco”, sino una práctica de autocuidado que transforma tu relación contigo mismo. Te enseña a sentir sin prisas, sin exigencias ni presión por “llegar” a ningún lado. Y eso, en el contexto masculino, es un cambio importante.
La masturbación consciente consiste en prestar atención plena al cuerpo durante la autoestimulación: tómatelo con calma, contempla tus sensaciones, el ritmo, la respiración y tus pensamientos, igual que en cualquier práctica de mindfulness.
Desde la psicología sabemos que el cerebro interpreta cada experiencia según el nivel de activación emocional. Cuando hay prisa, distracción o presión, el sistema nervioso se bloquea.
Por eso, la masturbación consciente actúa como una poderosa herramienta de regulación emocional: ayuda a bajar pulsaciones, centrarte en el presente y disminuir la autoexigencia.
Además, varios estudios muestran que las prácticas de atención plena mejoran la percepción corporal y reducen la ansiedad de rendimiento (Brotto et al., 2008). En otras palabras: entrenar tu atención también entrena tu cuerpo.
Sus efectos van mucho más allá del ámbito íntimo. Estos son algunos de los beneficios que más observo en consulta:
Reduce la ansiedad (incluso la relacionada con el rendimiento)
Prestar atención al cuerpo sin juzgarlo disminuye la activación del sistema simpático, responsable del estrés.
Mejora la conexión cuerpo–mente
Muchos hombres viven desconectados de su cuerpo hasta que algo “no funciona”. Esta práctica crea un espacio seguro de exploración y calma.
Favorece el control del sistema nervioso
Al practicar sin prisa, aprendes a modular el ritmo y la excitación, algo muy útil para lograr mayor control en tus respuestas fisiológicas.
Aumenta la tolerancia a sensaciones intensas
Sentir sin prisa reduce la urgencia por acelerar, algo muy habitual en contextos de estrés.
Mejora la autoestima y el autoconocimiento
No se trata de técnica, sino de conexión emocional contigo mismo.
Cuando hablamos de rendimiento sexual masculino, no se trata de exigirte más, sino de mejorar tu bienestar corporal. La masturbación consciente influye directamente en varios mecanismos clave:
Regula la respiración.
Una respiración profunda y estable ayuda a mantener el nivel óptimo de activación.
Mejora la sensibilidad y el control muscular.
Al prestar atención al suelo pélvico reduces tensiones y mejoras la coordinación, lo que favorece la estabilidad corporal.
Aumenta la capacidad de mantener la excitación sin perder el control.
Entrenar la calma mejora la capacidad de autorregulación (Cohen y Sedlacek, 1983).
Dejémonos de teorías. Aquí tienes la secuencia que utilizo en consulta y que más beneficios aporta:
Crea un espacio sin distracciones.
Apaga pantallas, baja luces y date 10–15 minutos de intimidad.
Observa tu estado físico y emocional.
Pregúntate cómo estás antes de empezar: ¿tenso, cansado, acelerado?
Respira con intención.
Inhala por la nariz 4 segundos, exhala por la boca 6. Repite 10 ciclos.
Empieza con caricias lentas y sin objetivo.
Explora tu cuerpo sin buscar una meta concreta. Observa sensaciones, ritmo y temperatura.
Mantén el foco en una sensación a la vez.
Movimiento, presión o respiración. No todo a la vez.
Si aparece tensión, baja el ritmo.
Regular no es acelerar.
Finaliza con respiración consciente.
Cierra la práctica integrando el estado de calma que has logrado.
Existen herramientas que pueden ayudarte a integrar la masturbación consciente en tu día a día. MYHIXEL Control, por ejemplo, es un programa diseñado para mejorar el control del clímax a través de ejercicios de autoestimulación consciente.
En ellos se te guía para que prestes atención a las sensaciones, al ritmo y a la respiración, mientras entrenas tu cuerpo para responder en tus relaciones con más estabilidad, control y confianza.
Evita estos fallos habituales:
Practicar con prisa o distracción.
Compararte o exigirte resultados.
Forzar sensaciones en lugar de acompañarlas.
Repetir siempre el mismo patrón sin variar ritmo o postura.
Esta práctica puede ayudarte especialmente si:
Te sientes desconectado de tu cuerpo.
Sueles vivir con estrés o ansiedad.
Te cuesta regular la respiración o el ritmo.
Estás trabajando tu bienestar íntimo en terapia.
No sustituye el trabajo profesional, pero sí es un complemento terapéutico valioso.
La masturbación consciente es una herramienta terapéutica para mejorar tu salud sexual y emocional. No es una técnica puntual, sino una forma de relacionarte contigo mismo desde la calma y la atención plena.
Cuando cambias el ritmo, cambia la experiencia. Y cuando cambia la experiencia, cambia tu cuerpo.
Brotto, L. A., Basson, R., & Luria, M. (2008). A mindfulness-based group psychoeducational intervention targeting sexual arousal disorder in women. The journal of sexual medicine, 5(7), 1646–1659. https://doi.org/10.1111/j.1743-6109.2008.00850.x
Cohen, J., & Sedlacek, K. (1983). Attention and autonomic self-regulation. Psychosomatic medicine, 45(3), 243–257. https://doi.org/10.1097/00006842-198306000-00007