Qué deportes benefician (o perjudican) la salud íntima masculina
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“Hay que hacer ejercicio”. Sí, todos lo hemos escuchado alguna que otra vez. Tantas, de hecho, que puede sonar un poco repetitivo. Pero vamos a echar unvistazo más de cerca a este mantra desde un punto de vista crítico. Está claro que la actividad física regular es una de las mejores decisiones que puedes tomar para tu salud física y mental, pero también para tu salud sexual. El ejercicio mejora la circulación sanguínea, equilibra las hormonas, reduce el estrés y aumenta la sensación general de bienestar.
Pero, ¿sabías que no todos los deportes afectan a tu salud íntima de la misma manera? Algunos pueden potenciar tu rendimiento sexual y la función eréctil, mientras que otros, si se practican en exceso o de forma incorrecta, pueden tener el efecto contrario.
En este artículo, exploraremos qué deportes son más beneficiosos para la salud sexual masculina y cuáles conviene practicar con precaución.
La actividad física influye directamente en los sistemas cardiovascular, endocrino y nervioso, tres pilares fundamentales de la salud sexual. A grandes rasgos, podemos dividir el ejercicio en dos categorías:
Además, el ejercicio reduce el estrés, uno de los mayores enemigos del deseo y del rendimiento sexual.
Según estudios recientes, los hombres físicamente activos tienen hasta un 30% menos riesgo de disfunción eréctil en comparación con los sedentarios. No es casualidad: el ejercicio regular actúa como un “antídoto natural” contra los efectos del sedentarismo, la obesidad y la hipertensión arterial, factores que impactan directamente en la salud sexual (Agostini et al., 2011).
A continuación, te dejamos algunos de los deportes más recomendados para mantener en equilibrio tus sistemas sexual y hormonal. ¡Toma nota!
La natación es uno de los deportes más completos y de bajo impacto que existen.
Favorece la circulación, fortalece el core y los músculos pélvicos, y evita una presión excesiva en la zona perineal. Además, mejora la capacidad pulmonar, lo que contribuye a una mayor resistencia sexual.
Consejo: Alterna estilos (crol, braza, espalda) y evita permanecer demasiado tiempo con el bañador mojado para prevenir irritaciones o infecciones.
Caminar a paso ligero o trotar con regularidad mejora la circulación, el metabolismo y el estado de ánimo.
Cuando se practica con moderación, ayuda a mantener un peso saludable y a reducir la presión arterial, dos factores esenciales para prevenir la disfunción eréctil.
No te excedas: Llevar el cuerpo al límite con carreras de larga distancia puede elevar el cortisol (la hormona del estrés), lo que a su vez afecta negativamente a los niveles de testosterona (la hormona sexual).
Levantar pesas o realizar ejercicios con el peso corporal estimula la producción natural de testosterona, mejora la densidad ósea y refuerza la confianza corporal.
Fortalecer los glúteos, el abdomen y la zona pélvica contribuye a mejorar la función eréctil y el control eyaculatorio.
Consejo: Prioriza la técnica correcta frente a las cargas altas. Una intensidad excesiva sin el descanso adecuado aumenta el riesgo de fatiga hormonal.
A menudo subestimados por los hombres por considerarse disciplinas “femeninas”, tanto el yoga como el Pilates ofrecen potentes beneficios sexuales:
El yoga mejora la flexibilidad, la conciencia corporal y la respiración, factores clave para el control eyaculatorio y la conexión cuerpo-mente.
El Pilates fortalece el suelo pélvico y el core, ayudando a prevenir la incontinencia y los problemas de erección.
Extra: Algunos estudios muestran que los hombres que practican yoga de forma regular experimentan mayor deseo sexual y erecciones de mejor calidad (Dhikav et al., 2007).
El problema de ciertos deportes no es la actividad en sí, sino cómo y con qué frecuencia se practican. Cuando se realizan en exceso o con mala técnica, algunas actividades pueden provocar presión, fricción o compresión en la zona genital, afectando la sensibilidad y el flujo sanguíneo.
Estas son las tres principales a vigilar:
El ciclismo es excelente para el corazón y las piernas—pero puede ser el peor enemigo de tu suelo pélvico si no tomas precauciones. El contacto prolongado con el sillín puede comprimir nervios y vasos sanguíneos, lo que con el tiempo puede causar adormecimiento o incluso disfunción eréctil leve.
Cómo prevenirlo:
Usa sillines ergonómicos con abertura central.
Ajusta la altura y el ángulo del sillín para evitar la presión perineal.
Haz pausas cada 15–20 minutos y cambia de posición mientras pedaleas.
Levantar cargas muy pesadas o usar sustancias anabólicas puede alterar la producción natural de testosterona y el equilibrio hormonal. La presión intraabdominal sostenida también puede debilitar el suelo pélvico con el tiempo.
Recomendación: Prioriza la salud sobre la estética. Entrena fuerza con seguridad, incluye días de descanso y mantén una nutrición adecuada. Es más eficaz (y seguro) a largo plazo.
Aunque ofrecen beneficios cardiovasculares, los golpes o impactos directos en la zona genital pueden causar microlesiones o inflamación.
El entrenamiento frecuente de estos deportes puede generar tensión en la musculatura pélvica, lo que puede reducir el deseo sexual o la calidad de la erección.
Consejo: Usa siempre protección adecuada y estira la zona pélvica después de entrenar.
A menudo se asocia el suelo pélvico con la salud de la mujer, pero en los hombres es igual de vital. Este grupo de músculos sostiene los órganos pélvicos (vejiga, intestinos y próstata) y desempeña un papel activo en la erección, la eyaculación y el control urinario.
El ejercicio puede fortalecer o debilitar esta zona según el tipo de esfuerzo:
Actividades como el yoga, el Pilates o los ejercicios hipopresivos refuerzan el suelo pélvico.
Los deportes que implican impacto o presión constante pueden sobrecargarlo.
Tip práctico: incluir ejercicios de Kegel en tu rutina de entrenamiento puede mejorar el control sexual, la eyaculación y la sensibilidad.
El ejercicio por sí solo no hace milagros. Para cuidar tu salud sexual, también necesitas:
Dormir bien: la mayor parte de la testosterona se libera durante el sueño profundo.
Comer de forma equilibrada: las dietas ricas en antioxidantes, grasas saludables y zinc favorecen la función hormonal.
Reducir el estrés: los niveles altos de cortisol suprimen directamente el deseo sexual.
Un estilo de vida saludable siempre es la suma de hábitos constantes, no una única acción aislada.
El ejercicio potencia tu salud íntima—siempre que lo practiques con equilibrio y una técnica adecuada.
✅ Mejores aliados: natación, caminar, entrenamiento de fuerza, yoga y Pilates.
⚠️ Más delicados (si se hacen mal): ciclismo prolongado, culturismo extremo y deportes de alto impacto.
Escuchar a tu cuerpo y cuidar tu suelo pélvico es clave para mantener una vida sexual activa y saludable durante muchos años.
El ejercicio no solo se nota en el espejo; se nota en tu energía, tu deseo y tu confianza sexual.
Muévete, descansa y disfruta de los beneficios que una buena rutina de entrenamiento también puede aportar a tu bienestar íntimo.
Dhikav, V., Karmarkar, G., Gupta, M., & Anand, K. S. (2007). Yoga in premature ejaculation: a comparative trial with fluoxetine.
The Journal of Sexual Medicine, 4(6), 1726–1732. https://doi.org/10.1111/j.1743-6109.2007.00603.x
Agostini, L., Netto, J., Miranda, M. et al. Erectile dysfunction association with physical activity level and physical fitness in men aged 40–75 years.
Int J Impot Res 23, 115–121 (2011). https://doi.org/10.1038/ijir.2011.15
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