
Qué es la eyaculación retardada y cómo afrontarla
|
|
Tiempo de lectura 3 min
|
|
Tiempo de lectura 3 min
La eyaculación retardada es una forma poco común y poco frecuente de disfunción sexual masculina. Se produce cuando hay un retraso significativo en la eyaculación o cuando esta no llega a producirse. Un hombre puede ser diagnosticado con eyaculación retardada si también experimenta dificultades para alcanzar el orgasmo. Esta condición está ampliamente documentada en la literatura clínica. Según el DSM-5, para cumplir los criterios diagnósticos, la persona debe presentar una infrecuencia o ausencia de eyaculación durante un periodo mínimo de seis meses en actividades sexuales en pareja.
Además, el retraso no debe ser deseado por el individuo y debe causar un malestar significativo o dificultades personales. Estos problemas pueden ocurrir incluso si la erección es normal. Los hombres diagnosticados con eyaculación retardada suelen no eyacular en más de la mitad de sus encuentros sexuales.
La eyaculación retardada puede tener causas físicas o psicológicas. Entre las psicológicas destacan el estrés y los problemas de pareja. Las dificultades relacionales pueden dificultar la eyaculación en algunos hombres. Las relaciones consumen energía mental y, si sentimos que no podemos resolver los conflictos con la pareja, eso genera estrés.
El malestar relacional puede deberse a discusiones, infidelidad, falta de comunicación, necesidades no cubiertas o infelicidad general. Si se presentan síntomas similares, conviene analizar si ha habido cambios importantes o estresantes en la vida reciente. La depresión también puede estar relacionada.
Otros factores psicológicos pueden incluir una infancia adversa, abusos, ira reprimida o problemas de imagen corporal.
Al igual que en otras disfunciones sexuales, la causa también puede ser fisiológica. Enfermedades como la diabetes o la esclerosis múltiple, así como medicamentos para tratarlas (ISRS, antipsicóticos, antihipertensivos, ansiolíticos, analgésicos) pueden influir. La edad también es un factor natural.
La eyaculación retardada puede afectar gravemente la autoestima. Sentir dificultad para alcanzar el orgasmo puede generar sensaciones de insuficiencia a la hora de satisfacer sexualmente a la pareja. También puede afectar la confianza, haciendo pensar que el problema será permanente.
Esta condición puede provocar estrés y ansiedad por el rendimiento sexual. Estos factores pueden agravar el problema: cuanto más estrés hay, más dificultades se presentan. Algunos hombres también experimentan dolor si tienen relaciones sexuales sin alcanzar el orgasmo.
El estrés y la ansiedad causados por la eyaculación retardada pueden llevar a que algunos hombres pierdan el deseo sexual. Pueden aparecer sentimientos de inseguridad que dificultan estar presentes durante el sexo, aumentando las probabilidades de no alcanzar el orgasmo.
La ansiedad por el rendimiento puede afectar la relación, aunque no siempre. Algunos hombres temen no poder satisfacer a su pareja. Las parejas, a su vez, pueden sentirse insatisfechas y tener dificultades para expresar sus emociones. Esto puede generar frustración y miedo a no estar a la altura.
En algunos casos, el hombre puede llegar a evitar completamente el sexo por frustración y enojo, lo que puede hacer que la pareja se sienta rechazada.
Otro temor común es el relacionado con la fertilidad. La eyaculación retardada a largo plazo puede derivar en problemas para concebir hijos.
Es importante recordar que es una condición tratable. Un diagnóstico o una sospecha no impiden tener una vida sexual satisfactoria. Muchos hombres con este diagnóstico disfrutan de una sexualidad plena.
El tratamiento más eficaz es la terapia sexual, que combina terapia psicológica tradicional con cambios conductuales. Puede realizarse en pareja o de forma individual. Suele incluir ejercicios o actividades sexuales para reentrenar el cuerpo y facilitar el orgasmo.
Si la causa es farmacológica, conviene hablar con el médico. Puede ajustar o cambiar la medicación.
Si el origen es psicológico (estrés, ansiedad), incorporar actividades como meditación, yoga, respiración consciente o ejercicio puede ayudar. La terapia psicológica también puede tratar causas y consecuencias de la disfunción.
Mejorar la comunicación con la pareja también es clave. Una buena comunicación permite expresar necesidades y deseos, y encontrar nuevas formas de disfrutar del sexo. Es esencial mantener una actitud abierta y sin juicios.
Una pareja sana te apoyará y trabajará contigo por el bienestar común. Mereces respeto. Las críticas duras pueden reflejar problemas anteriores a la disfunción.
Está bien hacer pausas durante el sexo si es necesario, sobre todo si hay ansiedad o estrés.
Explorar nuevas posturas o juguetes sexuales puede enriquecer la experiencia, incluso si no hay disfunción. Las parejas que experimentan suelen reportar mayor satisfacción sexual.
Abdel-Hamid, I. A., & Ali, O. I. (2018). Delayed Ejaculation: Pathophysiology, Diagnosis, and Treatment. The world journal of men's health, 36(1), 22–40. https://doi.org/10.5534/wjmh.17051
NHS. (2023). Ejaculation Problems. NHS. https://www.nhs.uk/conditions/ejaculation-problems/
MacGill, M. (2024). What you need to know about delayed ejaculation. MedicalNewsToday. https://www.medicalnewstoday.com/articles/284679