Vasectomía: Todo lo que tienes que saber

La vasectomía masculina es un procedimiento de planificación familiar permanente que consiste en cortar o bloquear los conductos deferentes, los cuales llevan los espermatozoides desde los testículos hasta el semen. Esto evita que los espermatozoides se mezclen con el semen y, por lo tanto, evita la fertilización. Básicamente, es un proceso de esterilización masculina.

Puede que después del párrafo anterior le tengas un poco de rechazo a esta técnica anticonceptiva, pero te aseguro que no hay razón por la que tenerle miedo a la vasectomía.

La vasectomía ofrece muchos pros, incluyendo una alternativa permanente y efectiva a otros métodos anticonceptivos, como los preservativos o las píldoras anticonceptivas. Además, no interferirá con la sexualidad ni alterará la producción de hormonas. La vasectomía es una opción conveniente y asequible (luego ahondaremos en esto) para aquellas personas que no buscan tener hijos.

La vasectomía es una opción más segura que otros procedimientos de planificación familiar permanente, como la ligadura de trompas en mujeres. La vasectomía no tiene efectos secundarios a largo plazo y no afecta la producción de hormonas ni la sexualidad. Además, tenemos que recordar que la vasectomía es reversible.

El coste a largo plazo de la vasectomía es una de las razones principales por las que es un método anticonceptivo tan popular. En un periodo de 10 años, una vasectomía cuesta en España entre 0 y 100 euros anuales (depende de si se realiza por la pública o en una clínica privada). Para las personas sexualmente activas, los costes medios anuales de otros métodos anticonceptivos son los siguientes:

• Preservativos: 100-400€

• Capuchón cervical: 1000-3000€

• Esponja: 500-1500€

• Píldoras anticonceptivas: 50-300€

• Parche anticonceptivo: 200€

Hay que tener en cuenta que muchos métodos anticonceptivos femeninos conllevan un cambio en los niveles hormonales y pueden tener efectos secundarios, mientras que la vasectomía en el hombre no tiene estas implicaciones.

Entre los contras de la vasectomía, se incluyen la posibilidad de dolor o inflamación después del procedimiento, y la necesidad de esperar hasta que se hayan realizado pruebas de semen para confirmar que la vasectomía ha sido efectiva. También existe la posibilidad, aunque muy rara, de que la vasectomía no sea efectiva (inferior al 0,1%) y se produzca un embarazo no deseado.

Aunque muchos hombres están satisfechos con la decisión de someterse a una vasectomía, un pequeño número (entre el 6 y el 10 por ciento, según la Clínica Cleveland) puede cambiar de opinión.

La reversión de la vasectomía (vasovasostomía) deshace el procedimiento de la vasectomía volviendo a conectar los extremos seccionados de cada conducto deferente. Al igual que la vasectomía, puede realizarse con anestesia local o, más comúnmente, con anestesia general por un urólogo certificado.

En situaciones más complicadas, el extremo cortado del conducto deferente se une directamente al epidídimo, donde se almacena el esperma. Esto se denomina epidídimo-vasostomía y solo debe realizarla un especialista con experiencia.

Las reversiones conllevan riesgos, como infecciones, hemorragias y, en raras ocasiones, dolor crónico. Se recomiendan algunas restricciones en las actividades (como tener relaciones sexuales de intensidad física media o alta) y la ropa ajustada durante unas semanas. Transcurrido ese tiempo, puede volver a intentar concebir.

Aunque casi todas las vasectomías pueden revertirse, no todas las vasovasostomías permiten recuperar la fertilidad. La tasa de embarazos con éxito tras la reversión de una vasectomía oscila entre el 30 y el 90 por ciento, un intervalo aparentemente amplio que se explica por el tiempo transcurrido entre la vasectomía y la reversión: una reversión a los 10 años va a tener tasas de éxito más altas que las que se realizan a los 20 años.

Mito nº1: La vasectomía puede provocar disfunción eréctil (DE) al dañar los genitales masculinos

Realidad: Una vasectomía, realizada correctamente, no causa ningún daño a los testículos, la próstata o el pene.

Mito nº2: La vasectomía puede provocar cáncer de próstata

Realidad: No existe ninguna relación demostrada entre la vasectomía y el cáncer de próstata, ni con ningún otro tipo de cáncer o enfermedad degenerativa. El único riesgo, que es mínimo, procede de una posible infección tras la intervención y del dolor asociado al proceso de cicatrización. Sin embargo, la mayoría de los hombres no sufren infecciones, y el tiempo de recuperación de una vasectomía es bastante corto.

Mito nº3: La vasectomía reducirá mis niveles de testosterona

Realidad: La vasectomía no afecta a los niveles hormonales del hombre. Este mito puede atribuirse en parte a la reducción gradual de los niveles de testosterona a medida que los hombres envejecen. A menudo, muchos hombres optan por someterse a una vasectomía a una edad en la que la testosterona está empezando a disminuir de todos modos. Por lo demás, las vasectomías y la testosterona baja no están relacionadas.

Mito nº4: la vasectomía afectará a mis erecciones y eyaculaciones

Realidad: no, la vasectomía no tiene un efecto negativo en la erección ni en la eyaculación. La vasectomía solo impide que los espermatozoides se mezclen con el semen durante la eyaculación, lo que hace que la eyaculación sea estéril. La cantidad de semen y la sensación durante la eyaculación generalmente no cambian después de la vasectomía. La erección y la líbido también suelen permanecer intactas.

En resumen, la vasectomía masculina es una forma permanente y efectiva de evitar embarazos indeseados. Ofrece muchos pros, como la comodidad, la efectividad y la seguridad, pero también tiene algunos contras, como la posibilidad de dolor o inflamación después del procedimiento. Es importante hablar con un médico o proveedor de atención médica antes de tomar una decisión sobre si la vasectomía es adecuada para uno. Y tú, ¿has tomado alguna decisión después de este artículo?