EL PORNO Y LA PERCEPCIÓN DE LA MASCULINIDAD: ALIADO O ENEMIGO
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La influencia del porno en nuestra sociedad es un tema que no deja de generar debate. De hecho, cada vez el debate es más frecuente e intenso. Por eso en el artículo de hoy, creo que es fundamental que abordemos cómo el contenido para adultos afecta a la percepción de la masculinidad.
¿Puede tener efectos positivos?, ¿hasta qué punto afecta negativamente el consumo de pornografía? Hay muchas preguntas que responder con el objetivo de entender si se trata de un aliado o un enemigo para los hombres en su construcción de identidad. Empecemos por una pregunta más filosófica.
Por si aún quedan dudas: la masculinidad es una construcción social. Sí, la masculinidad no es algo con lo que se nace, se construye en base a la cultura y nuestras experiencias y se define por cómo todos los hombres entendemos nuestro rol en la sociedad y las expectativas que se nos marcan. De la misma forma que lo que vemos a través de los medios (cine, noticias, libros…) influye en nosotros, también influye el porno.
Y es que la pornografía es un reflejo más de nuestra cultura, por lo que juega un papel clave en la configuración de estas expectativas que he mencionado anteriormente. Pero, ¿tan realistas son estas representaciones? Spoiler: más de lo que nos gustaría creer.
El porno, en muchas de sus formas más populares, sigue portando una imagen estereotipada de lo que significa ser hombre. En este tipo de contenidos explícitos, los hombres suelen ser retratados como figuras hipermasculinas: musculosos, dominantes, siempre preparados y con un alto deseo y con un rendimiento sexual "perfecto" e inagotable.
Si te preguntara si tú te identificas totalmente con esta descripción, lo más seguro es que me digas que no. Sin embargo, estos estereotipos están más presentes que nunca en este tipo de ficción y crean una presión inmensa en los hombres, haciéndoles sentir que deben cumplir con estos ideales irreales.
Aunque el porno recibe muchas críticas, también es justo reconocer sus posibles beneficios. No todos los hombres experimentan efectos negativos, y en ciertos casos, puede actuar como una herramienta educativa o de exploración personal. Vamos por partes.
Para muchas personas, el porno puede ser una ventana para descubrir aspectos de la sexualidad que no siempre se abordan en una educación sexual tradicional. Sobre todo teniendo en cuenta que para muchos de nosotros, no ha existido siquiera una educación sexual básica. Muchos hombres han aprendido sobre diferentes prácticas sexuales, preferencias y dinámicas de pareja gracias a contenidos que, aunque no son los mejores ejemplos, significan una primera aproximación.
Por supuesto, no debe tomarse como un referente ni como un modelo de educación. Siempre es recomendable complementar este aprendizaje con información y recursos educativos reales. Si algo está claro es que el porno no debe ser la única fuente de conocimiento sexual.
En algunos casos, el consumo compartido de pornografía entre parejas ha servido para abrir espacios de comunicación sobre deseos, fantasías y límites. Este tipo de diálogos y de actividades compartidas ayudan a fortalecer la intimidad y mejorar la comprensión mutua, siempre que ambos miembros de la pareja se sientan cómodos.
Hemos hablado de lo bueno, pero también hay que tener en cuenta los riesgos asociados al consumo excesivo o desinformado de la pornografía. Estos efectos negativos no solo afectan a la percepción de la masculinidad que hemos mencionado, sino también a las relaciones sentimentales y la salud sexual.
Uno de los mayores peligros del porno es que suele representar una versión muy distorsionada de las relaciones sexuales. Las escenas suelen estar coreografiadas, exageradas y sin elementos tan básicos como la comunicación o el consentimiento.
Esta desconexión entre la ficción pornográfica y la realidad lleva a muchos hombres a desarrollar expectativas poco realistas en cuanto al sexo y al rendimiento personal. Esto no solo genera frustración, sino que también deja una serie de secuelas bastante negativas sobre las relaciones sexuales reales, creando tensiones innecesarias.
¿El porno genera adicción? Lo cierto es que sí, pero no pienses en una adicción como la que se puede generar a ciertas sustancias. Se trata de una adicción que interfiere en el bienestar, en el día a día de la persona que lo sufre. Y lo peor de todo: se trata de una condición que afecta a más hombres de los que pensamos. Pero no solo interfiere con la vida diaria, sino que también provoca problemas de disfunción eréctil, insatisfacción sexual y aislamiento social.
Una de las secuelas psicológicas que más suele preocupar a los hombres del consumo excesivo de porno es su relación con múltiples disfunciones sexuales como la disfunción eréctil y la eyaculación precoz. En el caso de la disfunción eréctil, el cerebro puede condicionarse a responder solo a los estímulos altamente visuales y exagerados que presenta el porno. Y es que estos contenidos están diseñados para ser muy sobreestimulantes, lo que dificulta la respuesta sexual natural en situaciones reales.
Por otro lado, la eyaculación precoz puede verse agravada por un consumo que fomente la búsqueda del placer inmediato, dejando al margen el tiempo, los preliminares y el espacio necesarios para una relación íntima en la que se disfrute de todos los momentos.
Pero no se queda solo en eso, ya que estas disfunciones también afectan a la confianza y la autoestima, lo que deriva en un círculo vicioso de frustración y ansiedad. Una consecuencia bastante común de este bucle en las relaciones de pareja suele ser el desgaste y la falta de complicidad, lo que termina aumentando el malestar de ambas partes de la pareja. Pero, ¿está todo perdido? No. Hay una serie de estrategias que te pueden ayudar a reconectar y disfrutar de tus encuentros plenamente de nuevo.
Tengamos claro: el porno ha llegado para quedarse. Así que el objetivo no es demonizar el porno, sino promover un consumo responsable y consciente. ¿Cómo conseguirlo? Aquí te comparto algunas recomendaciones clave:
Pregúntate:
¿Cuánto tiempo dedicas al porno?
¿Te afecta emocionalmente o en tus relaciones?
Si es que sí, puede que el porno tenga un impacto negativo sobre ti, y que sea el momento de hacer algunos ajustes.
Existen plataformas de pornografía ética que ofrecen contenidos más diversos y realistas. Estas alternativas suelen centrarse en el consentimiento, la inclusión y la autenticidad, para combatir la cantidad de contenido ficticio y artificial que domina los tops de búsqueda. Además, como te comentaba anteriormente, puede ser una manera de explorar tu sexualidad.
Como te decía, el porno no puede ser la única fuente de información sobre sexualidad. Existen múltiples recursos educativos, libros y cursos que te pueden ayudar a comprender mejor tu cuerpo, tus emociones y tus relaciones.
La respuesta no es simple. El porno puede ser tanto un aliado como un enemigo dependiendo de cómo y cuánto se consuma. Como hombres, es fundamental que aprendamos a discernir entre lo que es ficción y lo que es real, y que trabajemos activamente en nuestra salud sexual y general.
La clave está en el equilibrio, en la reflexión y en buscar siempre maneras de crecer como individuos. Si logramos integrar un consumo responsable con un compromiso por el autoconocimiento, el porno puede ocupar un lugar en nuestras vidas sin definirnos ni limitarnos.
Y para ello, ¡también es importante que hablemos de estos temas sin tabúes! Es la mejor forma de construir una visión más sana y positiva de lo que significa ser hombre en el siglo XXI.