Sexual chemistry: How to maximize it

Química sexual: cómo potenciarla al máximo

Escrito por: Anel Martínez

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Tiempo de lectura 4 min

Esa potente explosión de energía, emociones y conexión sexual que tanto nos gusta es conocida como la química sexual. Es lo que nos motiva a conocer nuevas personas y dar ese paso para atrevernos a ir más allá. Pero, todos alguna vez nos hemos preguntado ¿Cómo sé si tengo química sexual con alguien?, ¿Es lo mismo la química qué la compatibilidad sexual?, ¿Se puede crear?, ¿Cómo se siente?


Si alguna vez has sentido un ritmo cardíaco acelerado, pelos de punta, hormigueo en el estómago y una felicidad insaciable puede que hayas experimentado las sensaciones de la química sexual. La mezcla de todos estos nos avisan de antemano cuando estamos al frente de una posible química.


¿Es importante la química sexual?


Muchos dirán que la química sexual debe estar presente para que cualquier relación prolifere. Pero, ¿Cómo funciona la química sexual? Detrás de este estado eufórico, misterioso, placentero y a veces impulsivo hay cambios a nivel psicofisiológico que subyacen de la experiencia sexual:

  • Atracción: derivada de las feromonas que compartimos mediante la saliva y los olores
  • Enamoramiento: gracias a ciertas hormonas y neurotransmisores, podemos sentir euforia, alegría, etc.
  • Apego: directamente relacionado con la oxitocina y las endorfinas, responsables de la sensación de bienestar y confort y mejora del sistema inmunitario, entre otras.

Es decir, la química sexual está presente desde que dos personas empiezan a conocerse, pudiendo desarrollarse o desaparecer con la evolución de la relación.

¿Qué es y cómo ocurre la química sexual?


Podemos decir que la química sexual es algo espontáneo que ocurre sin predeterminación alguna, algo que se crea en el momento en el que esa persona se nos presenta. Básicamente, es la conexión física que podemos tener con alguien, surgiendo de manera instantánea.


Para que esto ocurra, debe haber un cóctel de ingredientes. Los principales son:

  • El deseo sexual: es el impulso o fuerza que nos mueve al encuentro sexual con otras personas.
  • La atracción sexual: tiene que ver con la apariencia física ya que juega un rol importante en el momento de generar confort e intimidad.
  • La tensión sexual: ocurre cuando, de manera inconsciente, nos sentimos atraídos sexualmente por alguien.
  • La frecuencia sexual: es la periodicidad con la que se mantienen los encuentros lo cual es establecida por cada pareja.
  • La satisfacción sexual: respuesta afectiva que surge por la evaluación de los aspectos positivos y negativos asociados a las propias relaciones sexuales.

Estos componentes son necesarios para que exista una buena química. Aun así, es muy difícil conceptualizar y definir el término de “química sexual” con precisión ya que tiende a ser un tema bastante subjetivo. Pero vamos a aclarar algunos conceptos para entenderlo mejor


Compatibilidad sexual y conexión emocional


La compatibilidad es el grado de afinidad “íntima” que se tiene con un otro (u otros). Por otra parte, cuando hablamos de conexión emocional, nos referimos a las afinidades, confianza, complicidad y valores (entre otros) que se establecen en una relación. Todo esto da lugar a un conjunto de emociones positivas.

¿Se puede crear o cultivar la química sexual?


Lo cierto es que la química sexual está intrínsecamente relacionada con la compatibilidad sexual y la conexión emocional ya que sin química, no puede haber compatibilidad ni conexión.


Es posible cultivar la química sexual siempre y cuando ya exista o haya existido en la pareja. Es decir, la química sexual no surge espontáneamente con alguien con quien nunca hayamos sentido las sensaciones descritas al comienzo del artículo. Sin embargo, si esta química ya se ha dado, podemos nutrirla y hacer que crezca. Aunque, en algunos casos puede disminuir con el tiempo.


¿Por qué decae la química sexual?


Existen una serie de factores que influyen en la disminución o desaparición de esta explosión química una vez que la pareja se ha “acomodado”. Podemos distinguir los siguientes:

  • Psicofisiológicos: con la rutina, los factores novedosos dejan de generar un efecto “excitante”.
  • Emocionales: una vez que la relación se ha establecido, la intensidad emocional disminuye.
  • Energéticos: relacionado con los dos factores anteriores, la intensidad emocional y excitante de los comienzos suponen una gran desgaste energético, por lo que el cuerpo tiende a disminuir este desgaste con el tiempo, provocando que percibamos la relación sentimental como algo monótono y rutinario.


¿Cómo mejorar o recuperar la química sexual?


La respuesta puede parecer obvia pero debemos recordar dos componentes claves: mantener encuentros de calidad y explorar fuera y dentro del dormitorio para incentivar la química.


Pero también debemos recordar tener:

  • Buena alimentación: nuestro cuerpo necesita una alimentación adecuada para funcionar de forma óptima en las tres esferas: física, mental y emocional.
  • Contactos físicos:
    • Caricias: combina el efecto relajante con el erotismo del contacto.
    • Besos: besar a nuestra pareja de manera apasionada reaviva la excitación, no solo basta con “tocar los labios”
  • Miradas: mirarse a los ojos favorece el aumento de hormonas sexuales
  • Salir de la cama: tener encuentros sexuales fuera de la cama puede ayudar a despertar el deseo sexual y explorar nuevos gustos y límites entre la pareja
  • Gestión del tiempo: esforzarse por encontrar un momento en el que coincidir y dedicarle un tiempo de calidad a tu pareja favorece la confianza
  • Comunicación: hablar de temas “prohibidos” o tener conversaciones incómodas puede ayudar a resolver malentendidos y mejorar la intimidad y complicidad en tu relación.

En definitiva, integrar nuevas experiencias, vivencias estimulantes y juegos con tu pareja, evitará que caigas en el aburrimiento y la rutina y te permitirá experimentar nuevas sensaciones cultivando así la química sexual. 

Conclusión


Después de toda esta información podemos concluir que la química sexual es un componente importante para elegir acompañante, nos ayuda a evitar o rechazar aquellas situaciones y encuentros sexuales en las que no nos sentimos cómodos y, sin duda alguna, nos ayuda a determinar qué personas forman parte de nuestros momentos íntimos. Cabe añadir que no hay ecuación perfecta para conocer realmente con quién somos compatibles a nivel sexual, físico, mental, amoroso, etc., pero siempre podemos emplear las estrategias que aquí hemos enumerado para sacarle todo el potencial a la química sexual.


Anel Martínez

Autora: Anel Martínez  (Sexóloga de MYHIXEL)

Sexóloga especializada en terapia y educación sexual, salud mental y comportamiento humano.